EE. UU., 22 de abril— “Conozco a Anthony desde hace tres años. Es mi alumno y amigo. Y espero algún día poder llamarlo camarada”, dijo un profesor.
“Es hijo de una familia inmigrante, como yo. En el último año, nuestras conversaciones han tomado un giro político más serio. Siempre he insistido en que debemos estar preparados para contraatacar, y que la unidad hace la fuerza”.
La política de deportación masiva del fascista Trump amenaza la vida y el bienestar de miles de trabajadores inmigrantes. Estas políticas fascistas han golpeado con rapidez y han afectado profundamente a Anthony.
Unas semanas después de que Anthony participara en una huelga contra las deportaciones, su tío, que regresaba de un viaje a El Salvador, fue detenido por el ICE. Ahora se encuentra en una instalación de la Migra en Adelanto, California. Significa un viaje de dos horas para visitarlo.
Su tío era el sostén de la familia. Estoy seguro de que Anthony lo está pasando mal, y ahora se queda con sus abuelos, ya que sus padres viven en El Salvador.
“Podrían haber sido la mitad de mis amigos cuando estaba en la preparatoria, y la mitad del sur de Los Ángeles ahora”, dijo el profesor.
Es brutal tratar a los trabajadores de esta manera. Los capitalistas sobreexplotan a los trabajadores inmigrantes en todas sus industrias: agricultura, industria, hospitales, restaurantes y más. Esto les permite extraer mayor plusvalía, y mayores ganancias de la mano de obra inmigrante.
Los inmigrantes y sus hijos son cada vez más necesarios para los planes de guerra imperialistas patronal. Sirven como soldados, infantes de marina, marineros y aviadores. El ejército en servicio activo actualmente cuenta con más de 65,000 inmigrantes. Los inmigrantes no ciudadanos representan el 4% de todos los reclutas militares de primer año. Las cifras son mayores para los hijos de inmigrantes y familias de estatus mixto.
La tasa de ganancia está disminuyendo a nivel mundial para los gobernantes capitalistas e imperialistas. La intensificación de la rivalidad entre ellos ha alcanzado niveles no vistos desde la 2ª Guerra Mundial. Por lo tanto, deben aumentar el nivel de superexplotación de toda la clase trabajadora a nivel global y prepararse para la 3ª Guerra Mundial.
“Las deportaciones continuarán, pero no pueden deportarnos a todos”, dijo un profesor de prepa jubilado e inmigrante. “Nos necesitan en sus fábricas para la producción de guerra y en sus campos para garantizar la producción de alimentos. Pero, lo más importante, nos necesitan en los campos de batalla para combatir en la 3ª Guerra Mundial y asegurar el dominio de un imperialista sobre los otros”.
No importa que tan brutal y opresivos sean los ataques de los gobernantes contra la clase trabajadora, es la solidaridad que debe contraatacar incluso ante el miedo o el peligro. Los ataques contra los inmigrantes se están expandiendo a ataques contra los ciudadanos, y habrá más.
No basta con contraatacar. Tenemos que luchar para destruir este sistema capitalista racista y reemplazarlo con el comunismo.
“Por eso me hice comunista”, dijo el profesor de Anthony. “Anthony y miles más deberían unirse a la lucha necesaria por una revolución comunista que acabe con todas las fronteras”.
Un trabajador industrial inmigrante lo expresó así: “Mientras existan fronteras, los patrones y sus fuerzas del orden seguirán deportando. Pero si los trabajadores deportados tienen presente la necesidad de destruir el capitalismo y luchan por construir un mundo comunista sin patrones ni fronteras, estaremos más cerca de nuestro objetivo. Transmitirán estas ideas a otros trabajadores de todo el mundo”.
Estamos construyendo un partido comunista internacional sin fronteras. Te invitamos a ser miembro.
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