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Para Ponerle Fin al Racismo: Movilicemos a las Masas para el Comunismo

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El comunismo, y sólo el comunismo, puede abolir para siempre uno de los peores males que el capitalismo le ha infligido a la clase obrera: el racismo. Es por eso que te invitamos a ingresar al Partido Comunista Obrero Internacional para movilizar a las masas para el comunismo.
El racismo es parte  de la naturaleza del capitalismo: no de la naturaleza humana
El capitalismo inventó el racismo. Los capitalistas de todo el mundo han adoptado formas locales del racismo. La explotación y el terror racistas siguen siendo hoy día piedras angulares del capitalismo-imperialismo. Cada potencia imperialista depende del racismo para ganar a sus trabajadores y jóvenes a pelear en sus mortales guerras por ganancias.
Ya se trate de trabajadores negros y latinos en EE.UU., inmigrantes árabes, africanos y romaníes  en Europa, trabajadores y estudiantes negros en Sudáfrica, o los pueblos indígenas de Guerrero a Australia, es la misma historia. Desempleo, segregación y terror policial racistas obligan a miles de millones a aceptar salarios y condiciones laborales y de vida abismales.
Durante siglos, la lucha contra el racismo ha inspirado a incontables millones de personas a actos heroicos de resistencia.
Las masas han destruido algunas formas particulares de racismo: la esclavitud, el colonialismo abierto, el apartheid sudafricano. Sin embargo, surgieron nuevas formas de explotación capitalista. Estas resultaron ser igual de racistas.

El Capitalismo - Basado en la Competencia – Necesita el Racismo
La competencia capitalista obliga a los patrones a crear a un sector de la clase obrera para superexplotarlo. Eso reduce los salarios de todos los trabajadores. Es por eso que los capitalistas utilizan todo lo que pueden para dividirnos. Es por eso que inventaron la idea de raza.
El terror racista del capitalismo impone esta superexplotación. Su sistema salarial nos obliga a competir entre nosotros mismos, en el mercado laboral, para sobrevivir. 
De esta manera, el capitalismo crea la base material para su política de “divide y vencerás”.
Este mismo racismo divide políticamente a la clase obrera. Socava la conciencia de clase y nos impide unirnos para liberar a nuestra clase de esclavitud asalariada.
El individualismo y la competencia en el mercado laboral crea un terreno fértil para el racismo. Los polítiqueros e ideólogos de los patrones siembran las semillas. Sus escuelas, medios de comunicación y cultura riegan las malas hierbas venenosas que echan raíces.
Los comunistas, como muchos otros, han visto por mucho tiempo la necesidad crítica de  combatir el racismo. Lo que tenemos que ver ahora es que solo el comunismo puede acabar con ello.

El Comunismo - Basado en la Cooperación – Tiene Que Eliminar el Racismo
La sociedad comunista eliminará el dinero, los salarios, y el mercado laboral donde los obreros se ven obligados a competir para conseguir y mantener un empleo para poder comprar alimentos y pagar el alquiler.
Eliminando esta competencia para sobrevivir eliminará la base material de las ideas racistas dentro de la clase obrera.
Libres del temor a la pobreza individual y movilizados para satisfacer las necesidades de las masas trabajadoras, decidiremos juntos lo que es necesario hacer. El trabajo colectivo reemplazará el trabajo esclavista por un salario.
Cooperaremos para construir viviendas, cultivar alimentos, crear nuevos sistemas de transporte, y producir la ropa, los muebles, las herramientas y los juguetes que los seres humanos necesitamos.
Al principio probablemente sólo podremos proporcionar las necesidades básicas. Sin embargo, un principio comunista fundamental es que nadie vivirá mejor o peor que nadie. Acabar con el racismo es, por lo tanto, parte integral de la construcción del comunismo.
La lucha ideológica contra el racismo se intensificará mientras luchamos por construir el comunismo. Millones de obreros, soldados y jóvenes se movilizarán contra los enemigos de clase que usen el racismo para socavar el poder de la clase obrera.
El comunismo le pondrá fin al terror racista. Eliminando la sociedad de clases eliminará la necesidad del capitalismo de tener policías, tribunales y cárceles racistas - de hecho, eliminará a todos los policías, tribunales y cárceles. La abolición de la propiedad privada y la explotación harán posible que las masas movilizadas podamos, por nosotras mismas, resolver cualquier problema social.
Luchando contra el racismo será una parte esencial de la vida cotidiana – es la única manera como podremos trabajar juntos para construir un mundo comunista. No será automático, pero es obvio que para construir el mundo que necesitamos tenemos que derrotar el legado del capitalismo racista.

El comunismo, no Nacionalismo
Algunas personas creen que todas las personas de una determinada “raza”, independientemente de clase, deben luchar juntas.
Esta estrategia - la llamamos “nacionalismo” - es un desastre para la clase obrera. Refuerza las divisiones dentro de la clase obrera que nos impide avanzar. Entrega a los trabajadores en los brazos de los capitalistas que provienen de raíces étnicas similares.
En el peor de los casos, el nacionalismo como el patriotismo enlista a los obreros en la lucha de sus patrones contra patrones rivales. Nos gana a matar a otros trabajadores por las ganancias de los patrones. El PCOI es sinónimo de comunismo, no nacionalismo. (Véase Sudáfrica, abajo).

La Lucha Comunista Contra el Racismo
El racismo crea un gran sector de la clase obrera con un odio especialmente profundo al capitalismo. Tenemos que buscar y construir liderazgo de entre los superexplotados y superoprimidos. Tenemos que convencer a todos los trabajadores que tienen que  respetar este liderazgo.
Al movilizar hoy día a las masas para el comunismo, comenzamos a destruir en la práctica las divisiones racistas. La victoria del comunismo creará la base material para ponerle fin al racismo para siempre.
Algunas personas piensan que esto es imposible. Creen erróneamente que los trabajadores blancos se benefician del racismo. Pero la esclavitud asalariada capitalista penaliza – no privilegia - a todos los trabajadores. El capitalismo solo privilegia a unos pocos capitalistas y sus allegados.
Nadie será privilegiado en la sociedad comunista.

Construyendo la Unidad Entre las Masas
La sociedad comunista heredará una gran cantidad de residuos racistas del capitalismo. La lucha contra este legado será de generaciones. Un ejemplo importante es la segregación residencial generalizada. Tendremos que actuar de inmediato para ponerle fin a las viviendas separadas y desiguales.
El PCOI movilizará a las masas para integrar los barrios y lugares de trabajo. Los diseñaremos y construiremos (o reconstruiremos) colectivamente para que satisfagan las necesidades de todos.
Las masas movilizadas para el comunismo lucharán para construir la unidad camaraderil en todos los aspectos del trabajo, la educación e interacción social. El poder comunista de los  obreros creará las condiciones para eliminar los prejuicios personales, los cuales son a menudo inconscientes.
Acabaremos con la separación del trabajo “mental” y “manual”. Esto sentará la base para acabar con las asignaturas educativas y laborales racistas.
Todo el mundo se turnará haciendo tareas difíciles y desagradables. Estos ya no caerán desproporcionadamente sobre las espaldas de un grupo superexplotado. Todos tendremos la oportunidad de aprender y practicar nuevas habilidades.
La educación será sacada de las escuelas que la sociedad clasista ha creado y será hecha parte del proceso colectivo del trabajo y la comunidad. (Vea nuestro folleto La Educación Comunista para una Sociedad Sin Clases aquí.)

Movilizando a las Masas
El PCOI movilizará a las masas para suprimir la cultura racista del capitalismo. Nunca más estarán los medios de comunicación en manos de las corporaciones que sacan provecho de su basura racista y sexista. En cambio, el arte y la cultura antirracista del comunismo fortalecerán la unidad de la clase obrera.
El PCOI actúa conforme a estos principios en la actualidad. Nuestro Partido aglutina a trabajadores y jóvenes comunistas de todo tipo y de todo el mundo. Luchamos juntos como camaradas para movilizar a las masas en torno a la visión de un mundo comunista.
No hemos superado completamente la formación racista del capitalismo. Tampoco hemos sanado completamente del dolor que nos ha infligido el racismo. Pero la lucha para movilizar a las masas para el comunismo desarrolla lo mejor en nosotros mientras nos acerca más a nuestro objetivo común.
Sólo mediante la lucha contra el racismo podemos establecer el comunismo. Sólo mediante el establecimiento del comunismo podemos terminar con el racismo para siempre.

El Racismo Surgió con el Capitalismo y Morirá con Ello

El descubrimiento de oro y plata en América “, escribió Marx, “ el desarraigo, la esclavitud y entierro en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión de África en un coto para la caza comercial de negros, señalan los albores de la era de producción capitalista. El capitalismo,” Marx concluye, “vino al mundo chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”.
La esclavitud antigua o clásica no fue justificada mediante explicaciones racistas o limitada a personas identificadas como “racialmente diferentes”.  Tampoco lo fue la esclavitud que continuó bajo el feudalismo. Cuando los capitalistas reinstituyeron la esclavitud a gran escala en el siglo 16, especialmente en las Américas, rápidamente la justificaron mediante el color de la piel.
Del siglo 15 al siglo 17, los señores ingleses cercaron la tierra común que los campesinos habían utilizado para la agricultura y forraje, lanzando a las familias campesinas a las ciudades. El Parlamento aprobó leyes que castigaban el desamparo y la mendicidad. Algunos fueron obligados a hacer trabajo fabril. Otros fueron forzados a la servidumbre por contrato en Australia y las Américas.
Obreros europeos hambrientos en Jamestown, Virginia, vieron que las sociedades americanas nativas no tenían divisiones de clases, Estado o propiedad privada de la tierra. Trabajaban cooperativamente y tenían bastante comida. Uno de cada siete colonos desertó para irse con los Powhatan. Los esclavos africanos también huyeron a las comunidades indígenas. Cada tratado que los ingleses hicieron con estas naciones nativas americanas incluía una recompensa por retornar los esclavos fugitivos.
En sus comienzos el capitalismo creó un proletariado marítimo multiétnico. Marineros ingleses, irlandeses y africanos trabajaron juntos, y se rebelaron juntos. Ellos vieron a los indígenas del Caribe viviendo juntos en armonía, sin esclavitud asalariada. Algunos marineros se amotinaron, algunos se escaparon. Miles volvieron a Europa para difundir la visión de una vida comunalista.
La mayoría de los obreros del siglo 17 en las colonias británicas estaban atados a años de servidumbre. Europeos y africanos se vieron a menudo como aliados naturales. Los hacendados temían esta unidad rebelde. Aprobaron códigos diferentes para sirviente y esclavos. Los africanos fueron definidos como esclavos de por vida. A los sirvientes europeos que sobrevivieron la servidumbre les prometieron tierras de cultivo y posiciones en la milicia.
Los Capitalistas desarrollaron la ideología racista para justificar la esclavitud de las personas de piel más oscura, en particular los del África subsahariana y los indígenas en las Américas. Ellos inventaron el concepto de “raza “, aunque sólo hay una raza humana.
Millones de africanos fueron arrancados de sus hogares y enviados a campos de esclavos. Plantaron tabaco, algodón y café. La mayoría fueron enviados a Brasil y el Caribe.
La resistencia africana a la esclavitud comenzó en la Travesía del Atlántico. Esclavos y esclavas, a menudo hablando idiomas diferentes, se unieron para luchar por su libertad.
El secuestro de los africanos combinó la brutal opresión de clases y la superexplotación. Las personas esclavizadas produjeron la riqueza que aportó el capital para la industrialización. Como propiedad, los esclavos constituyeron la mayor reserva de capital en Estados Unidos.
Los capitalistas británicos también acumularon fortunas de la trata de esclavos, de las ganancias de las plantaciones y minas de esclavos, y del robo de las tierras nativas.
La ideología racista justificó la esclavitud y superexplotación. En EE.UU., dividió a los obreros de ascendencia europea, africana y de nativos americanos. La división del trabajo y la superexplotación fueron impuestas mediante las fuerzas policiales asesinas que salieron de las milicias anti- indias, patrullas esclavistas y rompehuelgas.
Al mismo tiempo, la creación de una clase obrera integrada por obreros de diferentes “razas “, incluyendo inmigrantes de Asia, Europa y América Latina, significaba que unirse en la lucha de clases contra los capitalistas explotadores requeriría que la clase obrera luchase contra el racismo. Sin embargo, la victoria final contra el racismo requerirá ponerle fin al capitalismo.
La invasión europea a las Américas aceleró la expansión del capitalismo a todos los rincones del mundo. Creó un mercado mundial para mercancías y mano de obra. Al capitalismo consolidar su dominio en todo el mundo, el racismo se convirtió en una ideología y práctica mundial, una característica permanente e indispensable del capitalismo en todas partes.
Este mercado mundial sentó las bases para el desarrollo del capitalismo en imperialismo. El imperialismo intensificó la competencia entre los capitalistas. Esto intensificó la explotación de la clase trabajadora en general, y la superexplotación de los obreros con piel más oscura, especialmente de obreros negros.
El imperialismo se basaba en la súper-explotación racista de las masas trabajadoras de África, Asia, Latinoamérica, Oriente Medio y el Pacífico. Los movimientos antiimperialistas del siglo 20 combinaron el odio a la explotación racista con las ilusiones nacionalistas. La brutal explotación de los obreros negros de Sudáfrica (Véase más arriba) ha revelado que esto es un error fatal.

Acabar con el Racismo, Movilizar Para el Comunismo: No se Puede Lograr el Uno Sin el Otro

La visión comunista abrió nuevas vías en la lucha contra el racismo en EEUU. Por primera vez, la posibilidad de terminar con el racismo se hizo real.
Muchos cuadros lucharon para liberarse de los límites impuestos por los compromisos con el capitalismo. Comunistas negros, mexicano-americanos e inmigrantes a menudo tomaban el liderato. Debemos construir sobre sus esfuerzos para finalmente liberar a nuestra clase de este látigo racista.

El Socialismo Llega a EEUU
La Revolución Francesa dio luz a movimientos que por primera vez se autonombraron “socialistas” y “comunistas.”  Eran “Utópicos”, basados en una sociedad comunal ideal prediseñada.
A principios del siglo diecinueve, las ideas utópicas llegaron a EEUU. Esos primeros socialistas tuvieron un historial malo con respecto al racismo. Sus organizaciones típicamente excluyeron hasta los ex esclavos. Los Utópicos eran indiferentes al movimiento abolicionista. Alegaban que la abolición de la propiedad privada y la esclavitud asalariada automáticamente liberaría a los negros, sin necesidad de un esfuerzo especial.
Todo esto cambió después de las revoluciones de 1848 en Europa y la publicación del Manifiesto Comunista. El comunismo fue fundado sobre bases científicas. En vez de comunidades ideales prediseñadas, la lucha por el comunismo surgió de la lucha de la clase obrera. El papel clave del proletariado fue hecho claro. Marx lo resumió, durante la Guerra Civil de EEUU, así: La fuerza de trabajo en una piel blanca nunca podrá ser libre mientras la fuerza de trabajo en una piel negra esté marcada con hierro candente”.
Decenas de miles de refugiados radicales huyeron de Alemania a EEUU. Uno de sus líderes fue Joseph Weydemeyer, amigo cercano y colaborador de Marx.
Weydemeyer fundó la Liga de Trabajadores Norteamericanos. Esta estaba abierta a los trabajadores “independientemente de ocupación, idioma, color o género”. La Liga no duró mucho, pero Weydemeyer trabajó arduamente en el movimiento para la abolición de la esclavitud y el Partido Republicano. Los inmigrantes alemanes cometieron el error de hundirse en el movimiento en contra de la esclavitud, casi suspendiendo la agitación para el comunismo. Después cometieron el error opuesto; asumieron que la abolición de la esclavitud resolvió toda la cuestión racial.

El Nuevo Partido Socialista Adopta Una Posición Contra el Racismo
En 1901, la mayoría de los socialistas se unieron al Partido Socialista de Norteamérica. Hubo solo tres delegados negros en la convención fundadora. Sin embargo, la convención aprobó una resolución en pro de “derechos iguales para todos los trabajadores, sin distinción de “raza, color o género”. Urgió que los trabajadores ingresaran a los sindicatos y al Partido Socialista.
Unos delegados blancos se opusieron a prestar atención especial a los trabajadores negros. Pero William Costley, uno de los delegados negros, argumentó exitosamente que los trabajadores negros “ocupan una posición particular entre la clase obrera”. El argumentó que eran sujetos a la superexplotación y al odio tanto de los patrones como de algunos trabajadores blancos.
Los disidentes racistas pudieron eliminar una cláusula denunciando el linchamiento, ¡alegando que eso haría imposible organizar en el Sur del país!
El Partido Socialista tenia decenas de miles de miembros, docenas de periódicos diarios y jugó un papel de en dirigir los sindicatos. Pero no tenía una línea central. Sus periódicos podían publicar lo que querían. Por cierto tiempo la resolución de 1901 fue ignorada.
Sin embargo, la izquierda gradualmente se fortalecía y luchaba contra los supremaciítas blancos. Hubert Harrison, un importante intelectual socialista negro señaló la esencia de la cuestión. “En corto”, dijo, “la explotación de los trabajadores negros es más aguda que la de cualquier grupo de trabajadores blancos”.

El Comunismo llega a los Estados Unidos
Después de la Revolución Rusa de 1917, la Internacional Comunista reclutó a los luchadores más combativos de nuestra clase. En EE.UU., la mayoría eran inmigrantes europeos. Muchos prominentes comunistas negros eran del Caribe. Consideraban la lucha de los obreros negros como parte de la cruzada contra el capitalismo e imperialismo. Parecía que el movimiento comunista por fin entendía la cuestión del racismo.
Sin embargo, en la convención fundadora del Partido Comunista de EE.UU. (PCUSA) en 1919, dijo casi nada sobre el racismo. La Internacional Comunista (Komintern) se percató de esto.
La experiencia de los comunistas rusos les enseño que la lucha contra el racismo era crucial. Por desgracia, la vieron como una “cuestión nacional proletaria.” La Komintern le dijo al PCUSA que dieran prioridad a la “cuestión negra”. El PCUSA estuvo de acuerdo.
Poco después, el “juicio” de Augusto Yokinen, un miembro finlandés del partido, puso en el centro de atención la lucha contra el racismo. Él se había opuesto a que obreros negros asistieran a un acto social en el salón de la Asociación de Lenguas de Finlandia.
El “tribunal de los trabajadores” se reunió el 1 de marzo de 1931. Mil quinientos trabajadores asistieron. Richard Moore, un líder comunista negro, encabezó la defensa.
Moore culpó a “este vil sistema, corrupto y opresivo”. Estuvo de acuerdo que Yokinen “debe ser condenado”, pero ofreció pruebas atenuantes. Su cliente no se benefició de los documentos del partido que denunciaban el racismo porque no podía leer inglés.
Yokinen confesó estar “bajo la influencia de la ideología racista blanca”. Se comprometió a luchar contra el racismo en el futuro. El tribunal lo expulsó del partido, pero recomendó que participara en las luchas antirracistas y que volviera a aplicar. Él aceptó el veredicto.

Juicios como estos se convirtieron en “una noticia sensacional para todo EE.UU.” ​​e inspiraron “una gran ola de simpatía y aprobación” de obreros de todas las razas. Por primera vez, un gran número de trabajadores negros se unieron al PCUSA.
Yokinen mismo encabezó una marcha por las calles de Harlem, Nueva York, en apoyo de los “Chicos de Scottsboro”. El gobierno estadounidense lo deportó rápidamente.
Los “Chicos de Scottsboro “eran seis adolescentes negros acusados falsamente, en Scottsboro, Alabama, de violar una mujer blanca. El PCUSA contrató a un abogado a través de su organización Defensa Laboral Internacional (DLI), pero, más importante, organizó un movimiento nacional que salvó sus vidas.
Muchos de los nuevos líderes comunistas negros provenían de las acerías, minas y granjas de Alabama.
El trabajo de convictos en esta región esclavizó a cientos de miles de personas. Eran literalmente trabajados hasta morir. La acería U.S. Steel golpeó, azotó, hambreó y asesinó a miles. Cientos de tumbas sin nombre en los bosques que rodean las fábricas de acero y cola dan testimonio de esta brutalidad. Las leyes de segregación racial garantizaron esta esclavizada mano de obra barata, lo cual a su vez abarataba la mano de obra “libre”. 
El Partido Comunista tenía tres miembros en Birmingham en 1929. Noventa ingresaron en agosto de 1930. Más de quinientos ingresaron a las organizaciones de masas del partido: casi el 90% eran negros. Los organizadores señalaron “Los negros son los estratos decisivos entre las masas trabajadoras del Sur”.
El liderato negro comunista también se forjó en la lucha armada de los aparceros de Alabama. En Reeltown, AL, la Unión de Aparceros, dirigida por el PCUSA pelearon una batalla armada de 24 horas contra departamento de alguaciles y miembros del Ku Klux Klan para evitar que le reposeyeran su ganado. Como resultado, la Comisión Negra Nacional del Partido Comunista exigió “la abolición de todas las deudas de los agricultores pobres e inquilinos, así como el interés aplicado a cosas necesarias, tales como alimentos, ropa y semillas”.
Movilizar para el comunismo nunca fue más apropiado. El comunismo no sólo abolirá la “servidumbre por deudas”, sino también todas las deudas, los bancos y el dinero. Los medios de producción serian propiedad colectiva. Esto habría destruido las bases materiales del racismo.
Desgraciadamente, el PCUSA nunca abogó explícitamente por la movilización comunista. Cualquier posibilidad de tal plan fue finalmente descartada por dos grandes compromisos internacionales con el capitalismo.

Comunistas México-estadounidenses en el Sudoeste
El PCUSA también reclutó a muchos obreros mexicanos y México-estadounidenses. En 1928, el Komintern decidió que los comunistas deben organizar sindicatos “revolucionarios” en vez de trabajar dentro de sindicatos totalmente blancos. En el Suroeste, esto significaba organizar obreros mexicanos y México-estadounidenses.
El racismo condenó a estos obreros a trabajar en los empleos más mal pagados y más inseguros. También, los organizadores comunistas tenían que pelear contra guardias privados  racistas, así como contra los patrones.
La huelga de los mineros del carbón dirigida por el PCUSA en Gallup, Nuevo México, es de particular interés. El partido reclutó a 150 mineros mexicanos antes de la huelga, organizando células en cada mina.  Hicieron hincapié en “ la transformación revolucionaria de los obreros en huelga “ no sólo la obtención de “resultados  materiales”.
En 1933, los mineros salieron en huelga. Se enfrentaron a la ley marcial. Los esquiroles fueron transportados a las minas bajo la protección de la milicia del Estado. Los mineros fueron desalojados de viviendas de la empresa, arrestados y amenazados con ser deportados. Los huelguistas, a menudo liderados por mujeres armadas con palos, atacaron a los esquiroles y a la Guardia Nacional.
Terminada la huelga, los patrones pusieron a los organizadores mexicanos en una lista especial y deportaron a muchos comunistas. La Defensa Laboral Internacional, la misma organización que defendió a los Chicos de Scottsboro, luchó contra las deportaciones. Tildó estas deportaciones de imperialistas y racistas.
Una vez más, la movilización comunista era el único verdadero remedio. El comunismo responderá al imperialismo y racismo eliminando completamente las naciones y fronteras. La producción se organizará colectivamente para satisfacer las necesidades de los trabajadores del mundo. Las ganancias y la construcción de imperios no encajan aquí. Pero los compromisos con el capitalismo sabotearon nuevamente este potencial.

El nacionalismo y la Franja Negra
En 1928, el Komintern instruyó al PCUSA que los negros estadounidenses en el sur del país eran un grupo nacional distinto. Por lo tanto, el PCUSA debería luchar contra el racismo exigiendo su autodeterminación mediante la liberación nacional de la “Franja Negra” sureña.
El PCUSA estuvo de acuerdo, pero esto nunca tuvo mucho sentido. La “Franja Negra” nunca ayudó a reclutar o inspirar a organizar.
En la práctica, muchos comunistas de base rechazaron tener que elegir entre la reforma antirracista del capitalismo y el nacionalismo revolucionario. En particular, los líderes comunistas negros, mexicanos-estadounidenses e inmigrantes, atacaron la superexplotación racista.
Emma Tenayuca, líder comunista de una huelga de desgranadoras de nuez en 1938 en San Antonio, Texas, lo expresó claramente al calor de la huelga. Ella argumentó que los mexicanos-estadounidenses no eran un grupo étnico distinto, sujeto a la explotación racista. Pero más importante, sólo podían lograr su liberación en la lucha de una clase obrera unida. Dada la opción, ¿por qué no podrían los líderes comunistas como ella ser ganados a movilizar directamente para el comunismo?

La línea de la “Franja Negra” fue tan impopular que fue reducida a un “ritual dominical.” Fue citada en la literatura y resoluciones, pero rara vez se discutía a nivel de las bases. El líder del partido, Earl Browder, concedió, “El lema, Franja Negra, no tenía que ser transformado inmediatamente de un eslogan de propaganda a una consigna de acción”.

El Frente Unido Contra el Fascismo
El error nacionalista fue agravado por otra iniciativa del Komintern, el Frente Unido Contra el Fascismo (1935). Esto significó apoyar a F.D. Roosevelt, el racista presidente de EE.UU., y su Nuevo Trato a pesar de que ello excluyó a los negros y mexicanos de muchos de sus beneficios.
El Nuevo Trato construyó campos del Cuerpo Civil de Conservación (CCC) para aliviar la pobreza y capacitar a obreros jóvenes en la conservación de los bosques. Eran racistas y segregados. En febrero de 1934, activistas de la Liga de Jóvenes Comunistas (LJC) organizaron una huelga de doscientos obreros negros en un campo cerca de Tuscaloosa, Alabama. Las tropas Estatales intervinieron. Los huelguistas contraatacaron con ladrillos. Los ejecutivos del Nuevo Trato despidieron a 160 obreros, arrestando al líder de la huelga, Boykin Queenie de la LJC. EL PCUSA organizó una campaña exigiendo su libertad. Desafortunadamente, esta clase de actividad antirracista contra el CCC cesó bajo el Frente Unido.

En 1931, el líder comunista negro Harry Haywood criticó el periódico del partido por publicar una declaración de William Pickens, un organizador de la NAACP (Asociación Nacional para el Avance de los Negros). Pickens abogaba por una coalición dirigida por organizaciones de masas del PCUSA y la NAACP. después que el Frente Unido contra el Racismo fue aceptado, el Partido Comunista cambió su posición. Cedió el liderato al equipo legal de la NAACP.
Oseas Hudson, un comunista negro, veterano de la lucha armada en Alabama, lo dijo en pocas palabras al referirse al trabajo político en los lugares de trabajo. El Frente Unido redujo al partido porque “todo el mundo fue absorbido por el sindicato [CIO].”
Durante la 2ª Guerra Mundial, la lucha del PCUSA contra el racismo, y la lucha de clases en general, ocupó el segundo lugar después de la lucha contra Hitler. Muchas luchas fueron aplastadas. Las permitidas tenían que “ayudar al esfuerzo bélico”. Por ejemplo, el Comité de Defensa de Sleepy Lagoon organizado por el PCUSA combatió ataques racistas contra la juventud mexicana, incluyendo los Disturbios Zoot Suit. La justificación era que esos ataques racistas hacían quedar mal a EE.UU., perjudicando el esfuerzo bélico.
¡Esto llegó a un punto crítico en 1944 cuando Earl Browder disolvió el partido! Este fue restablecido poco después, pero descartó toda mención de comunismo en su trabajo político.  Los cuadros del PCUSA efectivamente construyeron organizaciones anti-comunistas y reformistas como la NAACP, mientras exaltaban al Partido Demócrata como el menos malo de dos males..
A pesar de estas traiciones, líderes negros prominentes como Paul Robeson y W.E.B Du Bois continuaron luchando, a pesar del anticomunismo patrocinado por el gobierno en la década de 1950 y a principios de la de 1960.  Su confianza en que el comunismo terminaría eventualmente con el racismo exige que nosotros movilicemos a las masas para el comunismo y nada menos.

Comunismo y la Lucha Contra el Racismo Son Reestablecidos
En 1965 algunos comunistas, hartos de que el PCUSA se negara a movilizar para el socialismo y luchar contra el racismo, fundaron el Partido Laboral Progresista (PLP).
El PLP tuvo éxito al inicio organizando durante la rebelión antirracista en Harlem. En 1968 declararon que todo nacionalismo era reaccionario. Hasta entonces, el movimiento comunista creía que el nacionalismo de los oprimidos era “objetivamente progresista”.
Después de que grupos universitarios del PLP atacaran la pseudociencia de académicos racistas, el PLP organizó el Comité Internacional contra el Racismo (INCAR) en 1973. INCAR llegó a ser muy conocido por su lucha contra los racistas opuestos a la integración escolar en Boston, los Nazis y el Ku Klux Klan en los años de los 1970 y 1980. Pero en la práctica, el PLP abandonó la lucha por el comunismo adoptando un programa de lucha antirracista combativa reformista. Por ejemplo, se hablo muy poco sobre la educación comunista.
En 1982 el PLP declaró que los comunistas deben luchar directamente por el comunismo. Los obreros deben abolir la esclavitud asalariada y el dinero inmediatamente después de la toma del poder. El socialismo nunca había conllevado al comunismo y nunca lo haría.
Desafortunadamente, aunque esto fue un avance importantísimo, nunca se puso realmente en práctica. La eliminación de la esclavitud asalariada pudo haber sido la meta, pero sus implicaciones raramente fueron discutidas. El periódico del partido tenía poco concreto que decir sobre el comunismo. En su lugar, utilizó su espacio para desenmascarar el capitalismo e impulsar luchas reformistas combativas.

Nacimiento del PCOI
En 2010, un buen número de miembros, hartos de la resistencia del PL a movilizar para el comunismo, fundaron el PCOI. Hacemos de la lucha por el comunismo nuestra lucha diaria.
Por ejemplo, el artículo principal de este folleto explica cómo el comunismo terminará el racismo, y qué forma tomará la lucha contra el racismo después de la revolución. No tenemos ilusión alguna de poder hacer algún progreso permanente contra el racismo sin una revolución.
Este artículo sobre la historia del racismo tiene mucho que decir acerca de la historia del comunismo. La razón por esto es que solo el comunismo puede abolir el racismo.
¿Qué nos hace pensar que podemos hacer mejor que nuestros predecesores? Porque estamos parados sobre los hombros de las masas inspiradas por el comunismo.
Han pasado casi 100 años desde la Revolución Rusa, más de 150 años desde la publicación del Manifiesto Comunista, y casi 500 años desde la publicación de Utopía. Tenemos 500 años de experiencia de la cual podemos aprender, 150+ años de marxismo y todo un siglo de las masas luchando por el comunismo y contra el racismo.
Esta experiencia es costosa y muy valiosa. Cometeremos errores, pero hay muchos errores que no repetiremos. Entre ellos subestimar el papel central de la lucha contra el racismo. El comunismo derribará el pilar sobre el cual se alza el racismo: la esclavitud asalariada.
Esta vez venceremos.

El Racismo Anti-Negro Estableció el Patrón en EEUU

En el verano 2016, dos años después del asesinato de Michael Brown en Ferguson, y Ezell Ford en Los Ángeles, los trabajadores de todo el mundo salieron en protesta, indignados contra los asesinatos racistas de los trabajadores negros Alton Sterling en Baton Rouge, y Philando Castile en Falcon Heights.
En ese intervalo, la policía en EEUU ha matado a cientos de hombres y mujeres desarmados. Aunque la mayoría de ellos eran blancos, los negros tienen más del doble de probabilidades que los blancos de ser asesinados por la policía, seguidos de cerca por los nativos norteamericanos y los latinos. El racismo, al intensificar los ataques contra los obreros negros, latinos y nativos, abarata la vida de todos los trabajadores.
Los asesinatos racistas continúan a pesar de las protestas masivas, del activismo “hashtag”, de las bases de datos que registran los homicidios policiales, de las conferencias en la Casa Blanca, y de las cámaras del cuerpo de los policías. Los movimientos reformistas piden fiscales especiales, pero aun cuando los policías asesinos son enjuiciados, como en el caso de los asesinos de Freddie Gray en Baltimore, salen libres. La ira y la frustración aumentan, y pistoleros solitarios han comenzado a matar a policías.
El capitalismo se basa en la explotación. Es por eso que necesita del racismo. Este tiene varias formas: la esclavitud, el linchamiento, la segregación legal y el terror policial. Sólo podemos acabar con ello acabando con la esclavitud asalariada. Es por eso que hay que movilizar a las masas para el comunismo, un sistema sin la esclavitud asalariada, patrones, fronteras o policías. Podemos empezar ahora con huelgas políticas exigiendo: “¡Eliminemos el Terror Racista Policial Movilizando a las Masas para el Comunismo!”
Durante toda la historia  de las Américas, el genocidio y la esclavitud de indígenas y africanos formaron la base material del capitalismo. Pero fue más horripilante en lo que se convirtió en EE.UU. Los códigos esclavistas, comenzando en la década de 1660, separaron a la fuerza a los sirvientes blancos de los sirvientes negros, condenando a los africanos y sus hijos a la esclavitud de por vida.
La esclavitud y su expansión fueron cruciales para el desarrollo del capitalismo estadounidense. La policía moderna surgió de las patrullas que perseguían a los esclavos fugitivos.
Requirió una sangrienta guerra civil para eliminar en 1865 la esclavitud en EEUU. Pero, la esclavitud fue sustituida por la servidumbre por deudas y el sistema penitenciario.

A medida que el capitalismo se consolidó en el sur de EEUU, los capitalistas implantaron un sistema brutal de segregación. La ley, apoyada por el terror Estatal y guardias racistas, separó feriamete a blancos y negros.
Las fuerzas policiales urbanas surgieron de las patrullas privadas contratadas por los capitalistas para aplastar violentamente las huelgas contra la esclavitud asalariada. Las políticas federales de vivienda (tanto durante el New Deal y la Ley GI de la Post-Segunda Guerra Mundial) mantuvieron segregados los barrios y las escuelas en todo el país. La policía enforzaron la segregación que mantuvo a los obreros negros en el norte del país relegados a los empleos industriales más explotadores.
El movimiento de derechos civiles de los años 1950 y 1960 eliminó la segregación legalizada.  Sin embargo, la intensificación de la rivalidad interimperialista obligó a los patrones de EEUU a buscar súper ganancias en países donde el racismo intenso obliga a los obreros a trabajar por salarios de hambre. La mayoría de empleos industriales, que les permitieron a los obreros negros en EEUU mantener sus familias, fueron trasladados al extranjero en las décadas de los 1970 y 1980. La guerra contra las drogas y la construcción masiva de prisiones han dado lugar a un nuevo sistema de segregación racial. Los obreros negros han criminalizados y sometidos a un racismo intensificado.
El racismo anti-negro dio la pauta para un historial largo de racismo en EEUU contra los inmigrantes de todo el mundo, hasta el racismo hoy día contra los musulmanes.
Como el resto de este folleto ha argumentado, el capitalismo, basado en la competencia, necesita el racismo.
El comunismo, basado en la cooperación, hará posible terminar con el racismo de una vez por todas. Los artículos en este suplemento detallarán la historia de la lucha comunista contra el racismo en EE.UU., sus éxitos y fracasos, y cómo podemos triunfar.

América Látina: Racismo Contra los Pueblos Indígenas y Africanos

En América Latina, los indígenas fueron esclavizados desde el segundo viaje de Colón en 1493 hasta la década de los 1820, cuando la mayoría de los países latinoamericanos se independizaron de España.
La abolición de la esclavitud africana comenzó en 1791, cuando los esclavos haitianos organizaron un levantamiento masivo contra sus amos franceses. Declararon a Haití una república independiente gobernado por ex esclavos después de pelear trece años contra los imperialistas franceses, ingleses y españoles que trataron de esclavizarlos de nuevo.
Las poblaciones indígenas y las descendientes de esclavos africanos, siguen enfrentando un racismo atroz en todas las Americas.
Las personas más pobres y oprimidas desde Chile hasta México son las que viven en comunidades indígenas aisladas. También tienen un largo historial de lucha, aunque a menudo esta ha adoptado una forma nacionalista en vez de una lucha de clases por el comunismo. En 1932, en su mayoría obreros agrícolas indígenas en El Salvador, dirigidos por el Partido Comunista Salvadoreño, se alzaron contra la dictadura militar. El levantamiento fue aplastado por el ejército salvadoreño, que masacró de 10,000 y 30,000 personas, prácticamente haciendo desaparecer al pueblo Pipil.
Los traficantes de esclavos llevaron a Brasil y a las colonias españolas a la mayoría de los africanos que habían secuestrado. Las rebeliones sacudieron todo el sistema esclavista – la más famosa fue Quilombo de Palmares en Brasil donde los esclavos fugitivos construyeron una sociedad multirracial en la cual todo pertenecía a la comunidad.
El trabajo de los esclavos africanos en Brasil y Cuba era crucial para el cultivo del café y la caña de azúcar para un mercado capitalista internacional. Es por eso que estos países fueron los últimos en abolir la esclavitud: Cuba en 1886 y Brasil en 1888.
En México (que abolió la esclavitud en 1820) y en otros lugares, muchos han negado la existencia del comercio de esclavos africanos. Sin embargo, los trabajadores negros en América Latina son a menudo los más pobres, asisten meno a la escuela, tienen una longevidad más corta y una tasa de mortalidad infantil más alta que los blancos.
El viejo movimiento comunista no hizo una prioridad de la lucha contra el racismo. Por lo tanto, las masas tienen una comprensión limitada del racismo como algo inherente al capitalismoimperialismo.

El Comunismo, No el Socialismo, Puede Acabar con el Racismo
En quinientos años de lucha heroica de los indígenas y africanos en América Latina, la de mayor éxito en lidiar conscientemente con la cuestión racial, ha sido Cuba.
La revolución de 1959 prometió ponerle fin a la discriminación sufrida por los trabajadores negros en la vivienda, educación, salud y empleo. Se hicieron progresos significativos en la alfabetización, cuidado medico, y la apertura a las profesiones.
Sin embargo, el socialismo cubano, como todo socialismo, es capitalismo de Estado. Esto garantizó que aquellos desfavorecidos por el legado del racismo rápidamente quedaran más atrasados.
Recientemente, la transición del capitalismo de estado al capitalismo de mercado ha erosionado las ganancias temporales. El racismo contra los trabajadores negros en Cuba ha empeorado. Ellos están mucho más propensos a ser detenidos por la policía. Para el 2005, tenían el doble de la tasa de desempleo de los blancos.
El Partido Comunista Obrero Internacional en América Latina está aprendiendo de las experiencias de los camaradas en Sudáfrica, la India, EE.UU. y en otras partes, que la lucha contra el racismo es crucial para la lucha por el comunismo.

Imperialismo, Religión, “Raza” y Casta en la India

En el siglo XV, la India se convirtió en un campo de batalla de las potencias capitalistas europeas, en auge, que competían por  recursos naturales y el comercio. Los europeos encontraron a reyes feudales gobernando localmente, al desintegrarse lentamente el imperio Mogol. Para mediados del siglo 18, los capitalistas británicos consolidaban su control.
Para las masas, esto significó una devastación horrenda sin precedentes.  Los administradores coloniales británicos requirieron el cultivo de plantas que apoyaran la industria británica en vez de alimentos para el consumo local, creando hambrunas. Rebeliones campesinas masivas estallaron, llegando al conflicto armado y culminando en la “Rebelión de Sepoy” de 1857.
Los británicos aplastaron la Rebelión de Sepoy. Pero se dieron cuenta que necesitaban dividir a las masas indias para evitar futuras rebeliones. En sus colonias norteamericanas, los británicos usaron el racismo para dividir a las masas, aquí usaron las divisiones religiosas. Adoptaron la teoría que James Mill, quien nunca había visitado la India, propusiera en su libro La Historia de la India Británica (1818). 
Los administradores británicos provocaron conflictos, basados en la religión, entre los campesinos y los habitantes urbanos. Les pagaron a los sacerdotes hindúes para que tiraran carne de cerdo frente a las mezquitas musulmanas. Sobornaron a los mullahs musulmanes para que tiraran carne de res frente a  los templos hindúes. También aplicaron leyes estrictas de segregación basadas en la religión y el sistema de castas de siglos de los hindúes, para dividir aún más a los campesinos oprimidos.
Los gobernantes británicos crearon una jerarquía de más de 3,000 castas y 25,000 sub-castas. Clasificaron a algunos campesinos rebeldes como la casta de los  “intocables”, muchos de los cuales son los dalits de hoy día. Esto ayudó a los imperialistas británicos a cosechar superganancias de las enormes diferencias salariales entre los obreros en Gran Bretaña y en la India.  
Una emergente clase capitalista India comenzó a monopolizar el acero, carbón, las industrias textiles. Pero su crecimiento estaba limitado por el régimen británico. Por lo tanto, conformó el Congreso Nacional Indio (Partido del Congreso) en 1885 para movilizar a los obreros industriales indios y a los  campesinos para que apoyaran a los capitalistas indios contra los británicos. 
El surgimiento de la clase obrera industrial india también trajo la unidad entre los obreros en el punto de producción en las fábricas. Independientemente de su religión o casta, los obreros enfrentaban al mismo enemigo capitalista. Contra todos los intentos de dividir a los obreros, una clase obrera revolucionaria estaba surgiendo.
La Revolución Rusa de 1917 estimuló la formación del Partido Comunista de la India (PCI). Sus miembros provenían de orígenes hindúes y musulmanes. El PCI construyó una base masiva en varias regiones y dirigió a millones de obreros en huelgas políticas contra el imperialismo británico. 
Cuando Gandhi se convirtió en el líder del Partido del Congreso en 1921, él movilizó para la no violencia en oposición a la clase obrera combativa que se alzaba contra el enemigo de clase. Él no abogaba por acabar con el sistema de castas.
Como los británicos, Gandhi promovió el mito de un pasado glorioso hindú. Él quería crear una India independiente basada en la cultura hindú, mientras cínicamente trataba de unificar a los obreros hindúes y musulmanes contra los británicos. En Sudáfrica, él había propugnado por el racismo contra los obreros negros en un esfuerzo por conseguir que sus gobernantes racistas aceptaran a los indios como “blancos”. 
El PCI había tildado a Gandhi como socio menor de los capitalistas indios. Sin embargo, el viejo movimiento comunista internacional consideró erróneamente al nacionalismo como una fuerza progresista  contra el colonialismo. Cuando comenzó la 2ª Guerra Mundial, el PCI siguió la línea colaboracionista de clases de la Internacional Comunista, y terminó su lucha armada contra el dominio británico. Hoy día, entendemos que los comunistas deben movilizar a las masas para el comunismo y nada menos que esto.
Después de la 2ª Guerra Mundial, la partición sangrienta del Pakistán musulmán de la India hindú intensificó las hostilidades religiosas creadas por el capitalismo. Los gobernantes de la India del Partido del Congreso,  libres  de la dominación británica, desataron el terror y una pobreza aplastante contra la clase obrera. 
Los politiqueros indios intensificaron las divisiones, basadas en el sistema de casta, para servir clase capitalista india en auge. Este sistema ha sido racializado con la glorificación de la piel más clara y agresiones físicas contra los africanos y otros con piel más oscura. El BJP, el partido ultranacionalista hindú de Modi, construyendo el fascismo para impulsar las ambiciones globales de los capitalistas indios, sigue la ruta que marcó el Partido del Congreso.
Hoy día, en la India hay un creciente movimiento masivo luchando contra el racismo anti-dalit. El Partido Comunista Obrero Internacional está inmerso en ese movimiento. Explicamos con paciencia que sólo el comunismo puede destruir la base material del racismo y finalmente ponerle fin a ello.

Sudáfrica: La Masacre de Marikana Desenmascara la Bancarrota del Nacionalismo

Los trabajadores y los capitalistas son enemigos. La riqueza del capitalista proviene de explotar la mano de obra de los trabajadores. Nunca tenemos intereses comunes con nuestros explotadores. La clase obrera tiene un interés común —unirse contra los capitalistas y eliminar la explotación y la esclavitud asalariada.
El Estado sudafricano moderno es el producto de una de las más feroces e intensas batallas del mundo contra el racismo. Sus principales instituciones gubernamentales ganaron sus credenciales de liderazgo en esta batalla, comenzando en la década de los 1950, contra el sistema abiertamente racista llamado apartheid o “separación”.
A medida que creció la resistencia masiva, el gobierno respondió con violencia. La masacre de Sharpeville en 1960, donde el gobierno asesinó a 69 manifestantes desarmados, enfureció al mundo y atrajo apoyo para la lucha contra el apartheid.
Años de violencia constante del Estado contrarrestaron pero nunca derrotaron la resistencia. En 1976, cuando la policía masacró en Soweto a cientos de estudiantes de secundaria desarmados, la ira explotó. Las detenciones, torturas y asesinatos de los jóvenes no lograron intimidar a las masas. Las huelgas masivas de mineros y otros obreros industriales hicieron estremecer a los capitalistas del mundo.
El gobierno compuesto solamente de blancos ya no podía proteger más los intereses de los bancos mundiales como Barclays o de las 500 compañías de la Revista Fortune. En 1994 Nelson Mandela, liberado de décadas de encarcelamiento, fue hecho el primer presidente negro de Sudáfrica.

El Congreso Nacional Africano (CNA), que había dirigido la resistencia, se convirtió en el partido que administra el capitalismo. No es solo respaldado por las viejas potencias imperialistas, Inglaterra y EE.UU., sino cada vez está más aliado con los rivales de estas, los imperialistas de China y la India en auge.
El empoderamiento económico negro creó cientos de millonarios negros, pero aumentó la miseria y la opresión racista de las masas. La cantidad de personas que viven con menos de $1 al día se ha duplicado desde 1994. ¡El presidente Zuma tiene una alberga que cuesta varios millones de dólares mientras las personas que viven en los municipios no tienen agua potable!
Entrenados por generaciones de resistencia a la explotación, los obreros de Sudáfrica se han levantado de nuevo. En 2012, una huelga no oficial de los mineros del platino en Marikana fue confrontada con la violencia Estatal. ¡Acorralados por la policía, 34 mineros fueron asesinados a tiros, y luego 270 fueron detenidos y acusados de asesinato!
Los ex luchadores por la libertad del CNA ahora son capitalistas explotadores y asesinos. Cyril Ramaphosa, otrora líder del Sindicato Nacional de Mineros, está ahora en la Junta Directiva de Lonmin Mining Company, propietaria de la mina Marikana.
Marikana desenmascara la mentira del nacionalismo: que los trabajadores de una “raza”, etnicidad o nacionalidad, tienen más en común con sus patrones que con otros trabajadores vistos como perteneciendo a otra “raza”, etnicidad o nacionalidad. Juntamente con el racismo, el nacionalismo es una de las armas más poderosas que tienen los capitalistas para impedir la unidad revolucionaria de todos los trabajadores.
Hoy día, los Luchadores por la Libertad Económica que combinan los símbolos negros nacionalistas con las demandas de nacionalizar las minas y la industria, son otro ejemplo del reformismo capitalista enmascarado con una retórica nacionalista.

El PCOI Crece en Sudáfrica
De Sharpeville a Soweto a Marikana los obreros sudafricanos han demostrado que nuestra clase es una fuerza imparable, pero para destruir la opresión racista, tenemos que  derrotar al capitalismo mismo.
Los camaradas del PCOI en Sudáfrica han rechazado la traición nacionalista del CNA y encuentran una respuesta entusiasta a la movilización de las masas directamente para el comunismo. Después de nuestra conferencia internacional celebrada en noviembre 2015, hemos construido colectivos entre los obreros industriales, estudiantes y trabajadores desempleados y hemos comenzado a organizar a los mineros en el noroeste del país.

Material Adicional

Los siguientes son algunos artículos sobre el racismo, nacionalismo, capitalismo y el comunismo:

Movilización Comunista Destruirá el Racismo

No es Un Privilegio Vivir en Capitalismo Racista

La Lucha Masiva Contra Los Asesinatos Policíacos Racistas Debe Convertirse en Escuela Para el Comunismo

Los Comunistas del Siglo 20 Lucharon Contra el Racismo – Los Comunistas del Siglo 21 lo Acabaremos

El Racismo en China, Parte 1

El Racismo en China, Parte 2

El Comunismo le Pondrá Fin a los Crímenes del Nacionalismo, Parte 1

El Comunismo le Pondrá Fin a los Crímenes del Nacionalismo, Parte 2

¡Ola de Asesinatos Policíacos, Absoluciones Por Tribunales – Todo Para Abaratar la Vida de la Clase Obrera!

El Comunismo Acabará con los Siglos Ensangrentados de Racismo en la India, Pakistán y Bangladesh

PCOI Critique de Frantz Fanón

La Historia No Narrada: Las luchas Camino a Acabar con el Racismo Mediante la Revolución Comunista: próxima serie