El Gobierno de Trump y las Contradicciones del Capitalismo Estadounidense

Conforme el régimen de Trump entra en vigencia trata de imponer toda una serie de políticas nuevas y enfrenta una oposición seria. Las ideas de la dialéctica comunista son vitales para entender este (y otros) cambios complejos. En particular, la idea de una contradicción dialéctica, una lucha de lados opuestos en un proceso que causa el cambio, es particularmente importante. Las contradicciones en el mundo impulsan el cambio y pueden forzarlo en una dirección que los actores políticos no quieren y ni siquiera entienden.
El imperialismo estadounidense está atascado en una red de contradicciones con sus rivales imperiales. Los capitalistas rusos y chinos son sus oponentes más poderosos, desafiando el imperio de EE.UU. en muchos frentes. EE.UU. también tiene serios conflictos con Irán y países en Oriente Medio, otros menores con la India, la Unión Europea (UE), etc. Las políticas de Bush y Obama sólo han acelerado el fracaso y declive imperial, fortaleciendo a los otros imperialistas.
Las causas subyacentes de estas rivalidades son los conflictos económicos que las potencias capitalistas tienen entre sí. Compiten por el acceso a las materias primas – siendo el petróleo el principal – juntamente con minerales metálicos, agua, etc., y el acceso a la mano de obra barata. Sin embargo, el principal hueso en la contienda es el mercado para mercancías manufacturadas. La competencia entre los capitalistas crea un exceso de capacidad productiva que no puede encontrar mercados suficientemente grandes. A menudo están atascados con fábricas subutilizadas y productos no vendibles en crisis de sobreproducción locales o mundiales.
Actualmente hay una crisis de sobreproducción agrícola en la UE. La UE está tratando de encontrar formas de limitar la producción de leche y otros productos básicos. La industria del acero en China se ha expandido enormemente en los últimos 15 años, y la sobreproducción ha provocado una fuerte caída en los precios del acero, causando estragos en la industria del acero en Gran Bretaña y Japón. La UE está ahora imponiendo nuevos impuestos de importación al acero chino.
También hay una sobreproducción mundial de petróleo, causando la caída de los precios del petróleo y creando crisis en los países exportadores de éste, como Venezuela y Nigeria. Boeing y Airbus han creado una sobreproducción de aviones comerciales grandes, pero la sobreproducción más generalizada es la de vehículos motorizados. China es ahora el líder mundial en vehículos motorizados, produciendo más del doble que EE.UU. La capacidad productiva mundial era en 2014 de 116 millones de vehículos, pero sólo se produjeron 87 millones. Los fabricantes de automóviles no esperan una expansión constante del mercado mundial, y su capacidad no utilizada es probable que aumente, como muestra el gráfico. La amenaza de Trump de un nuevo impuesto en la frontera está dirigida a reducir la producción de automóviles de las compañías japonesas y alemanas en México. Esto no ayudará a los obreros de EE.UU.
Las peleas mundiales entre los capitalistas por los mercados, son intensas y constantes, al igual que los conflictos por el petróleo, las vías marítimas, etc. Sin embargo, en estos conflictos también hay cierta unidad, incluyendo relaciones comerciales rentables. General Motors, por ejemplo, vende más automóviles en China que en cualquier otro país, incluido EE.UU., y China es la más grande fuente de mercancías importadas a EE.UU.
A pesar de estos intereses comunes, las contradicciones entre las potencias imperiales son cada vez más agudas, y los preparativos para una guerra futura están siendo hechos por todas las grandes potencias. Las potencias rivales también tratan de fortalecer, mediante la diplomacia, sus posiciones para una futura guerra. Trump parece estar utilizando la estrategia que el ex secretario de Estado y criminal de guerra, Henry Kissinger, ha propugnado por mucho tiempo. La estrategia consiste en intentar reducir la intensidad de la contradicción EE.UU.- Rusia para que EE.UU. no tenga que enfrentarse en una guerra al frente unido de China y Rusia.
Esto es opuesto a la política de Bush-Obama de erigir un “muro”, en la frontera europea rusa, con los países afiliados a la OTAN, que eventualmente incluiría a Ucrania. Trump considera que la OTAN es menos importante y puede estar dispuesto a llegar a un acuerdo con Rusia en Ucrania, Crimea y Siria.
El gobierno saliente de Obama, junto con algunos líderes del Congreso de EE.UU. y las agencias de inteligencia de EE.UU. ya han estado luchando contra este cambio de política. Ven a Rusia como un enemigo más serio que China. Sin embargo, algunos polítiqueros que estaban a favor del muro de la OTAN contra Rusia ahora están retrocediendo. Zbig Brzezinski, ex asesor del presidente Carter y una gran influencia en la política agresiva contra Rusia, ahora está diciendo que Ucrania debe permanecer fuera de la OTAN.
Es demasiado temprano para decir si Trump puede anular la política anterior. No es demasiado temprano concluir que la diplomacia nunca puede eliminar la rivalidad imperialista. Ninguna de las potencias establecidas quiere dejarles sus ganancias a las nuevas potencias emergentes, es decir, a China y Rusia, y en menor medida a la India. Las rivalidades imperiales siempre terminan en guerra, si no es directamente entre los rivales, es entonces entre participantes menores a los cuales arman y apoyan, como lo está haciendo Rusia en Siria y EE.UU. en muchos países. Eventualmente se dará el choque directo entre las grandes potencias. Bajo el capitalismo, no hay manera de salir de estas contradicciones. La revolución comunista o la guerra imperialista: son las únicas alternativas. Únansenos en la lucha por el comunismo.

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