Dolores Huerta: Otra Racista Oficial Sindicalista

Campesino Comunista, Desenmascara A Politiqueros Capitalistas

El escritor de este artículo es el mismo que esta arriba del pick up dando un discurso durante la huelga en 1965, Valle San Joaquín

El siguiente artículo sobre las experiencias de un camarada está escrito en respuesta a una película de Hollywood recientemente estrenada llamada “Dolores” que presenta a Dolores Huerta como una supuesta heroína de la lucha de los obreros agrícolas y de la lucha de todos los trabajadores inmigrantes en EE.UU. lo cual es todo lo contrario.

Soy un trabajador campesino retirado y a menudo me encuentro con otros trabajadores del campo amigos míos también ya retirados. Nuestras pláticas, obviamente, giran en torno a recuerdos del pasado en el trabajo y sobre las grandes luchas que se llevaron a cabo, pero que hoy mucho de lo que se ganó en aquellas luchas sólo recuerdos quedan.

Por mi parte quiero comentar algo de lo mucho que me consta de aquellas luchas, ya que me toco participar en ellas, sobre todo en las huelgas de los campesinos en los años sesentas y setentas, contra los ricos rancheros del valle de San Joaquín, en California. Pues bien, de todo lo que se ganó sólo queda el sindicato como un sindicato mediocre, pero con un gran negocio administrado por los líderes.

Dolores Huerta, quien fuera vice-presidente del sindicato y la más pacifista en compañía de Cesar Chávez, ambos con su política pacifista al aceptar las condiciones y sugerencias de políticos y rancheros en las negociaciones de los contratos de trabajo les entregaron en bandeja de oro a los rancheros el movimiento campesino.

Al decaer el sindicato, Dolores Huerta lo abandonó y se dedicó a hacer campaña a favor de los politiqueros del Partido Demócrata. Estos politiqueros en recompensa la han declarado defensora de los trabajadores latinos indocumentados. Nada hay tan falso como eso. Dolores Huerta, durante el tiempo que participó como organizadora de campesinos y vice-presidente del sindicato fue enemiga acérrima de los trabajadores indocumentados.

Ella exigía a la membresía reportar a las oficinas del sindicato nombres y domicilios de trabajadores indocumentados para echarles la “Migra”. Organizó en la década de los años setentas varias protestas frente a las oficinas de la inmigración en Bakersfield, California, para exigir la deportación de trabajadores sin documentos.

Dolores Huerta y Cesar Chávez, como dirigentes del sindicato establecieron lo que se llamó Línea Mojada en la frontera de California, EE.UU. y Sonora, México. La Línea Mojada consistía de muchas carpas de campaña habitadas por miembros del sindicato para ayudarle a la Migra a detener y deportar a los indocumentados que insistían en cruzar la línea fronteriza hacia Estados Unidos.

En tiempos de plena lucha huelguística mandó a cantidades de campesinos huelguistas a diferentes ciudades para hacer campaña política a favor de politiqueros como los Kennedy y otros. Ella y Cesar a veces realizaban conferencias buscando votos para dichos politiqueros idealizándolos como protectores de los trabajadores del campo, etc.

Como se puede ver ¿Podrán los trabajadores algún día ver sus condiciones de vida cambiar con esta clase de líderes? Naturalmente que no. Porque estos líderes siempre traen dos sombreros, uno de los trabajadores y otro de los patrones, y con esa política obviamente están defendiendo el sistema de explotación capitalista. A esta clase de líderes y politiqueros se refirió en el pasado el millonario Federico Martín cuando declaró:

“No importa lo más mínimo qué partido está en el poder y que presidente tenga las riendas de la administración. Nosotros no somos políticos ni pensadores públicos; nosotros somos los ricos; somos los dueños de los Estados Unidos; lo obtuvimos, Dios sabe cómo, pero tenemos la intención de conservarlo, lanzando todo el tremendo peso de nuestro apoyo, nuestra influencia, nuestro dinero, nuestras conexiones políticas, nuestros senadores comprados, nuestros hambrientos diputados, nuestros demagogos que hablan en público contra cualquier legislatura, cualquier plataforma política, cualquier campaña presidencial que amenace la integridad de nuestras propiedades…a la clase que yo represento no le importa la política en lo más mínimo.”

Lo que este tipo dijo, bajo capitalismo, es verdad. Los trabajadores solo podemos ver el comunismo como la única alternativa para el cambio de nuestras condiciones de vida. Donde no tendremos gobiernos ni politiqueros corruptos ni líderes obreros vendidos. Donde no vivamos bajo la amenaza de perder el empleo o ser deportados como sucede en el capitalismo.

Primera página de esta edición

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