Puerto Rico: Desastre Imperialista: Potencial Revolucionario

Solidaridad Obrera Muestra Necesidad del Poder Obrero Comunista

Oficialmente, 49 personas han muerto debido al huracán María. Pero la verdad es que cientos de personas han muerto y morirán como resultado del capitalismo racista.

Las fábricas farmacéuticas están intactas, pero los hogares de los trabajadores yacen destruidos. El 85% de la isla carece de electricidad. Casi la mitad de las personas no tienen agua potable, beben de manantiales y ríos contaminados e incluso de sitios de desechos peligrosos. Los hospitales están cerrados o apenas funcionan. La comida escasea. Las carreteras están bloqueadas. Cientos de miles de trabajadores están sin trabajo. Mientras tanto, Trump, anteponiendo los intereses de los inversionistas de Wall Street, para colmo de males se queja de que los puertorriqueños “quieren que se les haga todo” y tuiteó que la deuda y la infraestructura podrida “fueron creadas por ellos”. Los demócratas y los politiqueros puertorriqueños son los responsables de este desastre imperialista. Esta es antes que nada una crisis del capitalismo.

Los trabajadores de Puerto Rico se han unido para limpiar calles, reparar viviendas y compartir la electricidad.

Los aldeanos cuyos puentes fueron destruidos se han unido para construir sistemas de poleas para traer los suministros necesarios. Han ido voluntarios de EE.UU. para proporcionar ayuda de emergencia.

La solidaridad espontánea de la clase obrera que hemos visto en Puerto Rico, como en todos los recientes “desastres naturales” – incendios, huracanes, terremotos e inundaciones – nos da confianza de que una sociedad comunista, basada en la solidaridad, no en la caridad, puede construir un nuevo mundo.

Este sistema capitalista asesino debe y será destruido. Cuando las masas, movilizadas por el comunismo y lideradas por su Partido, tomen el poder, enfrentaremos la devastación del capitalismo y las secuelas de la guerra. La historia de siglos de explotación racista por parte de los imperialistas del mundo significa que las condiciones serán peores en algunos lugares que en otros. Lucharemos contra cualquier persistente racismo e individualismo para asegurarnos de que todos tengan las necesidades de la vida.

Será una lucha larga proporcionarles comida, albergues e infraestructura decentes a las masas, al mismo tiempo que luchamos por expandir el poder comunista de los obreros por todo el mundo. Pero la eliminación de los explotadores capitalistas y la organización de la sociedad basada en satisfacer las necesidades de nuestra clase, y no en la ganancia, liberará las energías productivas de los obreros del mundo. Construiremos los edificios más seguros y fuertes posibles, y nos organizaremos para proteger a la sociedad de los desastres naturales que no podemos prevenir. Estaremos organizados para trabajar juntos, cuidarnos mutuamente y tener planes listos para responder colectivamente en caso de un huracán o un terremoto. Nadie será dejado solo para velar por si mismo.

Crisis y oportunidad

Puerto Rico parece una zona de guerra. Gran parte de la isla está totalmente destruida. Toda la infraestructura capitalista se ha desplomado. Los trabajadores se están muriendo y el gobierno es incapaz de responder a esto. Lo que falta para que esto sea una situación revolucionaria es un partido comunista con una base masiva y un plan. Si el Partido Comunista Obrero Internacional tuviera tal concentración en Puerto Rico, estaríamos organizando una insurrección armada para tomar el poder comunista. Esa es nuestra tarea: construir el comunismo en condiciones de guerra y desastres. Cuando los trabajadores ya no pueden sobrevivir bajo el capitalismo, la urgente necesidad de organizar una sociedad donde todos sobrevivamos juntos se vuelve clara. Los trabajadores puertorriqueños tienen un historial de luchas de clases combativas, aunque a menudo son desviadas por el nacionalismo y reformismo. En 1950 hubo levantamientos en Ponce, Utado, Naranito y Jayuyu, todos partes de un resurgimiento antiimperialista mundial contra el colonialismo.

En 1998 Puerto Rico fue paralizado por una huelga general de 48 horas en apoyo de los trabajadores de telecomunicaciones. Ni la independencia ni la estadidad ni el sindicalismo resolverán los problemas del capitalismo.

Los trabadores y los soldados deben luchar por el poder comunista. Ese potencial aterroriza a la clase dominante. Su miedo ayuda a explicar la decisión de los imperialistas de EE.UU. de estacionar 17,000 soldados en la isla hasta que “se satisfagan todas las necesidades”. Aunque los jeeps y helicópteros militares pueden llevar suministros a los lugares más remotos, están concentrados en las ciudades para controlar a los airados trabajadores.

Los trabajadores puertorriqueños han luchado por el imperialismo de EE.UU. en todas las grandes guerras desde la 1ª Guerra Mundial. De hecho, fueron hechos ciudadanos para reclutarlos para esa guerra. Hoy pelean en las guerras de EE.UU. en Irak y Afganistán y serán llamados a servir masivamente en la eventual 3ª Guerra Mundial. Ellos, como todos los soldados, deben ingresar al PCOI para voltear las armas y luchar por el comunismo.

A medida que se intensifican las contradicciones del capitalismo, la guerra mundial parece estar cada vez más cerca, y masas de personas en todo el mundo están muriendo por los efectos del capitalismo-imperialismo. Cuando los trabajadores y los soldados estén organizados para luchar por el comunismo, podremos convertir desastres capitalistas como el huracán María en oportunidades para la revolución. No tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas y un mundo para ganar.

Primera página de esta edición

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