Recientemente, un chofer de MTA, con 17 años de antigüedad, tuvo un pequeño accidente. No vio un tubo que sobresalía de un camión. Al rebasar el camión, el tubo rasgó una ventana lateral del autobús. Nada grave, la ventana ni siquiera seria reemplazada.
“¿Será despedido?” le preguntó el distribuidor de Bandera Roja al chofer de MTA que le relatada el incidente.
“Se le está culpando del accidente. Es su tercero. Si los tres caen dentro de un período de 18 meses, será despedido “, respondió el chofer.
“¡¿Solo por eso?!
“Sí, hay choferes despedidos incluso por menos. La mayoría de los accidentes no son nuestra culpa, pero la gerencia despide a tanto choferes como le es posible para mantenernos a todos atemorizados. Además, es un buen negocio para ellos. Con lo que pagan a un chofer veterano, pueden contratar dos temporales con pocas o ningunas prestaciones. También consiguen quedarse con las contribuciones de MTA a la pensión del chofer despedido. No es poco dinero, podría ser 200 mil o mas dólares”.
“¿Y nadie protesta por estos despidos? ¿Ni el sindicato ni los trabajadores?”
“Sí, nadie protesta. Tratando de deshacerse de los choferes más viejos, la gerencia instituyó un régimen de terror despidiendo choferes por un accidente o dos, dependiendo de su gravedad. Lo hacían arbitrariamente. Los choferes exigieron reglas escritas. De ahí la regla de tres accidentes, escrita en el contrato colectivo desde hace un par de contratos”.
“Sí, eso demuestra que cuando tratamos de reformar el capitalismo, los capitalistas simplemente vuelven con otro ataque. ¡Los capitalistas nos despiden y destruyen nuestras vidas! Tenemos que deshacernos del capitalismo con una revolución comunista “, dijo nuestro compañero.
“Nos han inmunizado a los despidos, y a otras acciones disciplinarias. Debido a las tácticas de intimidación de MTA, los choferes con alta antigüedad prefieren no pelear estos casos y prefieren jubilarse sin protestar para no perder sus pensiones y prestaciones. En la actualidad esa es la mentalidad de los choferes de MTA. Será muy difícil cambiarla”.
“Será difícil, pero podemos y debemos cambiarla. El cambio verdadero debe ser ganar a los trabajadores a que luchen por el comunismo porque es la única solución a nuestros problemas. Si organizamos colectivos de lectores de Bandera Roja y presentamos una visión clara y convincente de cómo sería un mundo comunista, los trabajadores se inspirarían para luchar por un sistema donde nosotros los trabajadores decidamos qué producir y cómo transportar las personas y lo producido de la manera más segura y saludable”.
El comunismo será un sistema donde nadie será despedido, no habrá jefes o supervisores acosándonos. Las masas mediante sus colectivos del Partido decidirán todo. Eliminaríamos el estrés, causante de accidentes, producto de preocupaciones como pagar renta, comida, medicina y trabajar muchas horas. Nuestras necesidades serán satisfechas colectivamente sin dinero. Los autobuses serian reparados colectivamente. Un parabrisas rasguñado seria una oportunidad para enseñar a alguien cómo arreglarlo.
Nuestra fuerza reside en nuestra unidad. Nuestro colectivo del Partido en MTA está ayudando a los trabajadores superar sus temores para colectivamente hacerle frente a los ataques capitalistas.
Una clase obrera revolucionaria no nace – se hace
La historia ha demostrado que los obreros pueden movilizarse para la revolución. Ellos superaron su miedo e individualismo y lucharon heroicamente por los intereses de toda la clase obrera, inspirados y dirigidos por sus partidos comunistas.
Nuestra clase hoy día no es una excepción. Somos cruciales para la revolución, cuando estamos movilizados contra el capitalismo, nuestro espíritu de lucha inspira a otros sectores de la sociedad, especialmente a los jóvenes y soldados, a seguir nuestro liderazgo.
La pregunta crucial es: ¿Qué liderazgo vamos a dar? Por lo que luchemos hoy y cómo luchemos por ello determinarán ese liderazgo. Nuestra estrategia debe ser movilizar a las masas para el comunismo, nada menos.
En el caso arriba mencionado, debemos movilizar a los trabajadores de MTA para desenmascarar la naturaleza inhumana del capitalismo, para luchar unidos por un sistema comunista donde ningún trabajador será despedido. Necesitamos promulgar consignas revolucionarias: “¡Abolir la esclavitud asalariada!”, “!Luchemos por un mundo comunista!”, “¡Producción sólo para las necesidades humanas!”
Tenemos un colectivo del Partidos en una base de autobuses de MTA. En estos colectivos podemos superar los obstáculos que nos detienen. Construyamos colectivos del PCOI en todas las bases de autobuses de MTA y entre otros obreros industriales, soldados y jóvenes para avanzar la lucha por el comunismo!