Ataques Fascistas en Contra de Niños Migrantes

Las Airadas Masas Necesitan una Solución Comunista

6 de junio: Miles de personas en Estados Unidos y en todo el mundo salieron a la calle el mes pasado para denunciar los ataques racistas y fascistas de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de EE.UU.

El 7 de mayo, el Fiscal General Jeff Sessions anunció que EE.UU. comenzaría en todos los casos a separar en la frontera a todos los niños de sus padres indocumentados, incluidos aquellos que buscan el estatus de refugiado. Desde entonces, todas las semanas, un promedio de 329 niños, incluso uno tierno de solo 53 semanas de nacer, han sido arrancados de los brazos de sus padres y puestos en centros de detención.

Luego, el 23 de mayo, Claudia Patricia Gómez González, una inmigrante guatemalteca de 20 años, fue asesinada en la frontera de EE.UU. y México por un agente de la Patrulla de Aduanas y Fronteras (CPB). Primero, alegaron que ella había sido parte de un grupo que había atacado al agente; el CBP luego retiró ese cargo. Claudia murió de un disparo en la parte posterior de la cabeza.

Los capitalistas necesitan las fronteras para dividir a la clase trabajadora y agudizar nuestra explotación. Estos últimos ataques desenmascaran el racismo brutal del capitalismo y sus fronteras.

Nosotros los comunistas del PCOI luchamos por un mundo comunista sin fronteras. Como dijo un joven estudiante de secundaria mientras discutía esta situación, «Podemos crear un mundo comunista donde no haya distinción. Pero antes que nada necesitamos hacer una revolución para cambiar todo el sistema, hacer una revolución mundial, obtener el poder y establecer un gobierno comunista».

Luchamos por un mundo comunista donde trabajemos juntos para satisfacer las necesidades humanas, donde nada se compre y se venda, y donde se aprecia a los niños. En ese mundo, los vínculos de los padres con sus hijos se verán reforzados por los lazos sociales entre camaradas.

En todas partes el capitalismo ha ataca a la gente más vulnerable, explota a los niños y destruye las familias. Esta historia, interconectada con la explotación racista de personas no-blancas, es larga y sangrienta.

La política oficial de los Estados Unidos, hasta 1865, arrancaba de sus padres a los hijos de los afroamericanos esclavizados. Hasta el final de la Guerra Civil, era común que los propietarios de esclavos destruyeran esas familias, vendiendo a niños o padres a otros propietarios de esclavos. Las mujeres esclavizadas eran usadas para dar a luz a niños que luego serían robados de ellos y vendidos a otros dueños de esclavos.

Esta era la naturaleza misma del comercio transatlántico de esclavos, especialmente en las colonias británicas de América del Norte y del Caribe. Los africanos eran secuestrados y vendidos al mejor postor.

En los Estados Unidos, Canadá y Australia, los niños indígenas y aborígenes fueron separados por la fuerza de sus familias y enviados a internados. Allí se les enseñó a rechazar el idioma y la cultura de sus familias y se les requirió que fueran asimilados. A menudo eran abusados físicamente y algunas veces sexualmente.

Fue el capitalismo el que esclavizó a los afroamericanos y separó a sus familias para obtener ganancias. Del mismo modo, las familias de los indígenas fueron separadas para facilitar el robo de sus tierras y utilizarlas para generar ganancias (dinero). El imperialismo crea situaciones precarias por las cuales nuestros hermanos y hermanas, como Claudia Gómez, se ven obligadas a emigrar en busca de una mejor vida.

No podemos permitir que este sistema inhumano continúe. Esta ira masiva debe ser movilizada para la revolución comunista, donde eliminemos a los patrones, sus policías y patrullas fronterizas, sus fronteras, su sistema de explotación y el dinero mismo. Solo podemos hacer eso construyendo un partido comunista masivo capaz de movilizar a las masas para la revolución comunista.

Como una mujer joven que discutía sobre este sistema capitalista concluyó: «Tenemos que tomar la decisión de cambiar todas las desigualdades en las que vivimos hoy día y centrarnos en un mundo mejor para todos».

¡Únete al PCOI para luchar juntos por un mundo comunista sin fronteras!

Los Ataques Capitalistas Contra los Niños de la Clase Obrera Revelan su Inhumanidad.

La condición desesperada de las familias obreras ha hundido a los niños en condiciones horribles desde el comienzo del capitalismo. La revolución industrial del siglo XIX obligó a las familias campesinas europeas a abandonar sus tierras, y muchos de sus hijos fueron obligados a trabajar en las nuevas fábricas y minas capitalistas.

Esto no es una cosa del pasado. Niños pakistaníes producen balones de fútbol para la Copa Mundial. Millones de niñas se venden en matrimonio para pagar las deudas de sus familias. 132 millones de niños menores de 15 años en todo el mundo trabajan en la agricultura. Niños de hasta 8 años de edad pelean en las guerras de África. Miles de niños están separados de sus madres y abuelas en los Estados Unidos por el sistema de injusticia criminal y la guerra contra las drogas. Trágicamente, la lista podría continuar.

Cualquiera que se preocupe por el bienestar de los niños del mundo debe luchar para ponerle fin a este sistema asesino con la revolución comunista.

La mina de carbón de la Compañía Carbonera Pennsylvania en South Pittston fotografiada por Lewis Wickes Hine, 1910

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