Ciudad del Cabo: desde el Primero de Mayo, me he dado cuenta de que ser parte del colectivo es la clave. Fue una gran experiencia para mí poder participar en la celebración del Primero de Mayo a pesar de que estaba a kilómetros de distancia de donde estoy ahora. Las luchas que tuvimos como camaradas en las cuales investigamos profundamente nuestras debilidades y obstáculos han ayudado a intensificar mi trabajo aquí en Ciudad del Cabo, particularmente en la movilización de estudiantes para el comunismo. Como resultado, hay tres estudiantes en mi campus que leen Bandera Roja.
Con alguien interesado en saber más del Partido, ciertamente la forma en que las masas se ganan a las ideas comunistas no es la misma ni uniforme. Este es el caso de este estudiante que también es mi compañero de casa. Poniendo las ideas comunistas y difundirlas mediante Bandera Roja es la forma como tratamos de reclutar a la clase obrera y construir un partido masivo. La experiencia sacada de este trabajo nos ayuda a avanzar en nuestra organización y nos ayuda a comprender mejor nuestra línea.
A veces se necesita más que eso. Se necesita algo más que simplemente distribuir Bandera Roja, se necesita hablar sobre el comunismo en cada conversación en la que uno se involucre. Esto no es siempre el caso. (Bueno, no siempre fue el caso conmigo. Normalmente hablo de comunismo cuando movilizamos o distribuimos Bandera Roja o en una reunión).
Vi esto en la conversación que tuve con mi compañero de cuarto John (no es el nombre real). Yo miraba una película. La película comienza con una cita que dice más o menos «es mejor estar encadenado que ser libre». Comenté «Eso es basura».
Él preguntó: «¿Qué es basura?»
Le leí la cita. Él preguntó: «¿Quién lo dijo?»
Dije: «Es un filósofo que no conozco».
Él dijo: «Espero que no sea Karl Marx. Estuve en la biblioteca hoy. Todo un pasillo estaba lleno de libros: Carlos Marx aquí, Carlos Marx allá, ¿quién es Carlos Marx?
Simplemente dije: «Su obra está a la par con la Biblia en términos de cómo se lee, pero era comunista como yo».
Fue entonces cuando se abrió y me habló de las cosas que no creía acerca del comunismo porque yo le había dado el panfleto Movilizar a las Masas para el Comunismo (MMC) y Bandera Roja, pero siempre encontraba una excusa para no leerlas y evitar que nosotros hablemos de ello por mucho tiempo.
Primero, dijo que cree que el comunismo es algo bueno, pero que no cree que vaya a vivir para verlo.
Le dije que no sabemos cuándo ocurrirá la revolución comunista, pero no sucederá así no más. Depende de la clase explotada hacer que suceda. Depende de nosotros organizar la sociedad que queremos: una sociedad comunista. Sucederá cuando yo y tú nos unamos al movimiento comprometidos a construir esta sociedad comunista.
Él dijo: «Sí, pero la gente es codiciosa, mi amigo. Es su naturaleza».
«No. La gente no es codiciosa. No es su naturaleza ser codiciosa. Mira, por ejemplo, en tu familia. En tu familia, ¿quieres comerte o tomarte la comida de todos en la mesa? No, no lo quieres. Tomas tu parte y tus hermanos comen su parte de acuerdo a sus necesidades. Esta es la sociedad que queremos, pero es imposible lograr esta sociedad sin deshacernos del capitalismo, el sistema que fomenta la codicia, en donde el individuo vela por si a expensas de las masas. Siempre se sentirá que la codicia es natural porque la codicia en el capitalismo está institucionalizada. «
Estuvo de acuerdo en que el comunismo es la única forma en que las personas vivirán libremente como una gran familia. Dijo que iba a ponerle más atención al periódico y a MMC. Le pedí que me acompañara cuando vayamos al campo para distribuirles Bandera Roja a los trabajadores del vino. Estuvo de acuerdo siempre que no esté ocupado.
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