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SUDÁFRICA--“Estoy harta con el sistema. Quiero un cambio”, gritó una mujer. Cuando era joven, había trabajado vertiendo asfalto, con su niño en la espalda, mientras ayudaba a construir las carreteras en Sudáfrica. También es veterana del movimiento en contra del Apartheid.
Hoy vive en una casa en ruinas. La calle está llena de basura y con un gran bache que hacen imposible el tráfico de autos. A veces se acuesta con hambre. El cambio que quiere puede llegar más rápidamente porque ingresó al PCOI.
Un mes de movilizar a las masas para el comunismo ha traído cambios. Más de 6,000 Bandera Roja y folletos del racismo fueron distribuidos en diferentes municipios. Las masas obreras leyendo, discutiendo y difundiendo las ideas de la sociedad comunista han creado nuevos miembros del PCOI.
Organizamos una escuela comunista de fin de semana para aprender y avanzar la filosofía y la ciencia comunista del cambio. Cerca de 150 personas participaron durante el fin de semana. Muchos más pudieron haber participado pero estábamos limitados por nuestros recursos.
La escuela comunista nos permitió vislumbrar cómo funcionará nuestra futura sociedad comunista. Las semillas del comunismo están aquí. Cocinamos y cantamos juntos. Algunos camaradas ayudaron a colgar pancartas, otros limpiaron el salón. Se instaló el sistema de sonido, se colocaron las sillas. Algunos compañeros trabajaron muy duro, mostrando su compromiso. Otros aprendieron de ellos y también contribuyeron. Ningún dinero cambió de manos. Como dijo un camarada, es tiempo de “dar de regreso a la clase obrera; es un aspecto del comunismo”.
El fin de semana estudiamos el materialismo dialéctico, la filosofía comunista del cambio (ver www.icwpredflag.org para la serie sobre el Materialismo Dialéctico). Utilizamos muchos ejemplos prácticos de las actividades cotidianas donde ocurren cambios incluyendo huevos y pelotas de rugby, obreros y patrones.
Para hacer huevos revueltos necesitamos huevos, no pelotas de rugby. Para luchar por el comunismo, necesitamos movilizar a las masas para el comunismo, nada menos. Una vez que establezcamos la sociedad comunista, para impedir que el capitalismo resurja las masas tienen que ser movilizadas para el comunismo. Entre mas hagamos eso y entre más avancen las relaciones comunistas, podremos mejor prevenir el retorno del capitalismo.
“Esta mañana iba a comprar cerveza, pero un compañero me pidió venir a la escuela comunista”, dijo un joven obrero que trabaja en un barco pesquero. “Pescamos toneladas de pescado, el patrón hace toneladas de dinero y nosotros seguimos hambrientos”. Sorprendentemente similar a cómo las obreras del té en la India describieron su condición. El joven obrero dijo que venir a esta escuela del PCOI le había abierto los ojos. Dijo que reclutaría a muchos de sus compañeros de trabajo al PCOI. No solamente ingresó al PCOI sino que se llevó un montón de Bandera Roja y otra literatura. Fue animado a venir a nuestra escuela comunista por la misma camarada que a veces pasa hambre.
Decenas de hombres y mujeres camaradas hablaron delante de grandes audiencias, la mayoría por primera vez en su vida. Un obrero automotriz recién jubilado se presentó como un nuevo miembro del PCOI. Un obrero metalúrgico hizo hincapié en la necesidad de que las masas captaran la filosofía comunista del cambio. Explicó que las ideas comunistas revolucionarias asimiladas por las masas se convertirán en una fuerza material que destruirá el capitalismo. Un obrero de la construcción valientemente expuso cómo los patrones usan las religiones para desviar la ira obrera del capitalismo.
Aquellos que no hablaron ante una audiencia grande se sintieron cómodos hablar en grupos más pequeños. Una obrera que trabaja en una fábrica que suministra asientos a Mercedes Benz describe vívidamente las brutales condiciones de trabajar en una cadena de ensamblaje, el aceleramiento y a cambio a los obreros se les paga salarios de hambre. Ella dijo, no necesitamos a los patrones, nosotros, los trabajadores podemos administrar la sociedad.
Muchas compañeras dieron discursos emocionantes denunciando los efectos destructivos del capitalismo sobre la clase obrera. Esto muestra la importancia y lo poderoso de lo que es ganar más mujeres obreras a ingresar al PCOI y dar liderato a toda la clase obrera.
Todos los oradores ingresaron al PCOI e instaron a otros a hacer lo mismo. La mayoría de los participantes han experimentado el hambre, hambrunas y depravación. Su cólera se está convirtiendo en una fuerza revolucionaria imparable. Las compañeras dirigieron a todos en entonar canciones revolucionarias con una pasión estimulante y una energía tumultuosa. Nos unificó a todos, nos dio la confianza de que el cambio es posible y la visión de la futura sociedad comunista.
Los camaradas jóvenes provocaron serias discusiones sobre el comunismo y cómo funcionará. Un camarada que ingresó al PCOI hace seis meses explicó que en el comunismo no habrá dinero, por lo tanto para satisfacer las necesidades de la clase obrera, se tendrán que hacer decisiones colectivas en todos los aspectos de la vida. Las colectivas reemplazarán dinero.
La escuela comunista y el proceso de reclutamiento masivo han creado muchos nuevos problemas para nosotros y estamos aprendiendo cómo resolverlos. El liderazgo aquí se reunirá para más profundamente entender nuestras fortalezas y debilidades. Los compañeros ya están pensando de reclutar a miles a nuestro Partido. Como dicen aquí, un luta continua, la lucha continúa. Esta es la forma en que estamos preparando la clase obrera para tomar el poder.
Similitud y Diferencia: Construyendo el PCOI Mundialmente
El gran esfuerzo colectivo de las y los camaradas en Sudáfrica para construir el PCOI, abre nuevos frentes de lucha interna. Estas nuevas experiencias dan la oportunidad a todo el Partido de poder analizar dialécticamente el crecimiento ahí, pero lo más importante es usarlo para poder analizar nuestro trabajo en cualquier lugar. En este proceso debemos usar en especial la categoría dialéctica de similitud y diferencia.
Sabemos que hay desarrollo desigual, pero ¿Son los trabajadores del mundo ganables al comunismo? ¿Son los trabajadores y trabajadoras de Sudáfrica más diferentes o más similares que los trabajadores/as adónde estamos? ¿Qué lecciones políticas podemos sacar de esa experiencia que nos ayuden a elevar nuestro trabajo comunista y poder ver más claramente donde estamos y hacia dónde vamos? ¿Como el avance de unos camaradas en un lugar, ayuda al resto a tomar confianza y seguir adelante?
No es solamente una confianza abstracta, sino que objetiva, producto de la práctica de llevar nuestras ideas a las masas y su respuesta. Confianza que debemos de usar para fortalecer y profundizar nuestro trabajo práctico y para que nos ayude a crecer.
Todo el partido debe analizar este desarrollo muy cuidadosamente y aprender de sus avances y ver objetivamente los obstáculos actuales y potenciales. El crecimiento también viene lleno de muchas tareas políticas organizativas, cómo ser la organización de las colectivas de liderato, los clubes (células) y las concentraciones de trabajo. A la vez, están los problemas personales de nuestros camaradas y lectores los cuales tenemos que tratar de resolver colectivamente.
El nivel del proceso de crecimiento del PCOI en Sudáfrica es un salto cualitativo para el Partido. Es un frente donde la práctica masiva, relativa, nos dará más oportunidades de probar nuestra línea de movilizar a las masas para el comunismo. También debemos entender que ese crecimiento es un esfuerzo colectivo, desde los artículos y cartas en las páginas de Bandera Roja, a las visitas mutuas en las reuniones internacionales, hasta los camaradas y amigos que hacen sus donaciones económicas.
El potencial de desarrollar decenas de nuevos líderes jóvenes y adultos, de mujeres y hombres, que organicen y luchen por una sociedad comunista está ahí. Colectivamente somos responsables de que eso pase y de garantizar que nuestra lucha sea por el comunismo y nada menos.
ESTADO de WASHINGTON, EE.UU. - Como 400 obreros, pertenecientes al Sindicato de Torneros (IAM) y empleados por Triumph Composite Systems, una fábrica subcontratada de Boeing, salieron en huelga el pasado miércoles. Exigen pensiones iguales y un fin al sistema salarial de dos niveles que les paga a algunos obreros miles de dólares menos por hacer el mismo trabajo.
La compañía Triumph ha trasladado cientos de empleos a México donde paga aun menos, mientras recibe millones de dólares en recortes fiscales estatales supuestamente para “preservar empleos aeroespaciales”. Irónicamente, fue el sindicato el que abogó por estos recortes fiscales.
En el otro extremo del estado está Peter Zieve, es director ejecutivo de Electroimpact, una fabrica subcontratada por Boeing. El ha comenzado un ataque que podría ser incluso peor. Muchos de sus 800 empleados han protestado sus diatribas racistas en su correo electrónico contra los “terroristas salvajes”. Otros han denunciado sus “prácticas de contrataciones racistas y sexistas”.
“Es hora de que se vayan [de la empresa]”, fue la respuesta de Zieve.
Cuando las empleadas dan a luz, Zieve comparte la noticia con correos electrónicos efusivos.
“¡Uno más para los muchachos buenos!” Zieve escribió después de que una obrera diera luz. “Tomo nota de que 381,000 terroristas salvajes han entrado a Europa este año”, agregó en referencia a los refugiados de Siria, África del Norte y otros países de Oriente Medio, “y si no producimos más niños la luz se apagará en la civilización”. Suena como algo salido directamente del Mein Kampf de Hitler.
Ahora Zieve está llevando su campaña racista más allá de la empresa. Envió tarjetas postales anónimas a los empleados de Mukilteo, Estado de Washington, advirtiéndoles acerca de la construcción de una mezquita “terrorista” planeada en la ciudad. Desafortunadamente para él alguien se dio cuenta y lo delató.
Por su parte, Boeing les asegura a los inversionistas grandes que la huelga en Triumph “no impactará la producción.” El gigante aeroespacial se niega obstinadamente a comentar sobre el fascismo del director ejecutivo Zieve.
Los Subcontratistas Son Un Invento Capitalista
Los capitalistas inventaron a los subcontratistas para intensificar la súper-explotación racista. La supervivencia de todos los principales manufactureros capitalistas depende de ellos.
Triumph está haciendo para lo que fue inventada: encontrar más formas de aumentar la explotación de los obreros. La política racista y fascista de Zieve proviene de la misma fuente de la esclavitud asalariada.
El comunismo terminará con la subcontratación y las políticas viles utilizadas para justificarla. Todos los centros de producción comunista les proveerán a los trabajadores todo lo que necesitan. La geografía y la empresa ya no será un factor. De hecho, las empresas dejarán de existir.
Las facilidades no serán divididas en plantas “tradicionales” y “subcontratadas”. Todo centro de producción será flexible; capaz de producir lo que la clase obrera necesita en un momento dado.
El obrero ya no será contrapuesto contra otro obrero. Ya no existirá la necesidad de invocar el racismo o el sexismo para justificar la superexplotación.
Trabajaremos colectivamente para producir no sólo las cosas que necesitemos, sino también las ideologías comunistas y los líderes que necesitemos para tener éxito. No más patrones dedicados a aumentar las ganancias sin importar lo que sea el costo para los obreros. ¡Ya no habrá patrones!
Zieve se opone a la educación gratuita, en particular para los negros, latinos y extranjeros. “No queremos malgastar los pocos recursos que tenemos tratando de capacitar gente que fracasará”, les dijo a sus empleados.
Convertiremos nuestros centros de producción en centros de educación comunista basados en trabajo real. Los trabajadores colectivamente educarán a los jóvenes y adultos por igual. Los centros de producción enseñarán cómo producir y la ciencia que hace posible la producción. La educación comunista masiva impulsada con el poder de una clase obrera unida trascenderá los límites de la educación capitalista.
Cerdos racistas como Zieve y superexplotadores como los patrones de Triumph sólo existen porque el capitalismo los necesita. El comunismo terminará su reinado de terror, juntamente con la necesidad de tener subcontratistas
“Las ideas, dice el dicho comunista, “asimiladas por las masas, se convierten en una fuerza material”. ¡Las ideas desafían el orden aceptado de las cosas; las acciones cambian ese orden! Hacerse comunista es un llamado a la acción y un llamado a aprender. Aprendemos de las masas y, mediante el Partido, damos de regreso a las masas. Como mujeres, en su mayoría dalits, estas obreras del té son vistas por la sociedad capitalista como ignorantes, lo más bajo de lo bajo. En cambio, vistas a través de ojos comunistas ellas están a la vanguardia de la práctica revolucionaria. Al igual que otras huelgas recientes en Sudáfrica, la India y China, ellas rechazaron el liderazgo de los sindicatos oficiales. En otras palabras, entendieron y rechazaron el papel de los sindicatos como la última línea de defensa que tiene la producción capitalista contra las necesidades de los trabajadores. Pero hicieron más. Entre sus filas estaba un grupo significativo (no sabemos si se trataba de un grupo dirigente) que llevaba el mensaje “Nosotras pizcamos las hojas, cargamos con los sacos de hojas de té, ustedes cargan los sacos con las hojas de dinero, Esto tiene que tener un fin.” Es un poderoso ataque contra el sistema salarial. Tiene sus raíces en la vida diaria de las trabajadoras. Emerge al calor de una huelga. Apunta a una demanda mucho más allá de lo que puede resolverse en un conflicto laboral. Cruza fronteras, continentes, distinciones de empleos. Sólo le falta un último llamado; “¡Aplastemos la esclavitud asalariada! ¡Luchemos por el comunismo!” Podemos aplicarlo en Los Ángeles con los obreros/as de la limpieza en lucha por un contrato, “Cuando se pone el sol, limpiamos los pisos, desinfectamos los lugares de empleos y sacamos toda la basura. Cuando se levanta el sol, ustedes sacan todas las ganancias. Esto tiene que tener un fin. ¡Aplastemos la esclavitud asalariada! ¡Luchemos por el comunismo!” Podemos aplicarlo con los obreros de Boeing luchando contra los despidos, “Nosotros torneamos las piezas, construimos sus aviones, pero ustedes vuelan con todas las ganancias. Esto tiene que tener un fin. ¡Aplastemos la esclavitud asalariada! ¡Luchamos por el comunismo!” Podemos aplicarlo donde quiera que trabajemos. ¿Y cómo reaccionarán las pizcadoras del té en la India cuando lo adaptemos? ¿Nos acusarán de robar su “propiedad intelectual”, como lo haría Nike si usáramos su eslogan “Solamente Hazlo”? Ciertamente que no. Apostamos que se sentirán conectadas directamente a nosotros, viendo sus luchas en nuestras luchas. Dinero en efectivo o al crédito, la propiedad privada en cualquiera de sus formas desgarra la sociedad, siembra divisiones. Al contrario, el intercambio directo de ideas y acciones de humano a humano, forja solidaridad y lazos por todos los continentes. Hacer este tipo de conexiones más y más frecuentes es una de las funciones clave del PCOI. Cuando las ideas son asimiladas por las masas se convierten en una fuerza material, una fuerza mundial. Y así, a través de las páginas de Bandera Roja su organización y las ideas de las obreras huelguistas del té en Kerala, India, potencialmente pueden guiar las luchas de los trabajadores en todo el mundo. ¡Así es como funciona el comunismo! Cambia el orden existente de las cosas. Combate la explotación capitalista. Rechaza el dinero y las ganancias. Rechaza las instituciones capitalistas, como ser los sindicatos. Unifica a los trabajadores a través de todas las fronteras. ¡Nos da una visión inspiradora de un mundo comunista posrevolucionario!