¡LUCHEMOS POR EL COMUNISMO!Partido Comunista Obrero Internacional | |
EL SALVADOR.- “El Partido está creciendo en las fábricas”; con esa frase contundente resumió un líder obrero al inicio de la reunión comunista de este fin de semana. Decenas de obreros asistieron a un lindo e histórico centro turístico. Hubo varios trabajadores que asistían por primera vez a una actividad del Partido Comunista Obrero Internacional.
“El camarada nos ha pasado Bandera Roja, ya hemos leído varias ediciones y eso nos animó a venir cuando él nos invitó” afirmó un trabajador que junto con su esposa y tres hijos –jóvenes estudiantes- dieron valiosos aportes dentro de la discusión.
La agenda se dio en tres puntos 1.- Inicios del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) 2.- Diferencia entre Socialismo y Comunismo y 3.- lectura y discusión de editorial de Bandera Roja.
Se empezó con un gran discurso político de un líder obrero donde mencionó “el trabajo de la célula del PCOI dentro de la fábrica está dando enormes frutos y ya tenemos el reconocimiento de nuestra clase, el conocimiento de nuestro periódico Bandera Roja, y el odio y temor de la clase patronal y de los líderes sindicales vendidos”
Cuando a la reunión llegan nuevos camaradas consideramos importante dar una reseña histórica de cómo surge el PCOI. Una camarada habló del esfuerzo de trabajadores por organizar a la clase obrera para luchar directamente por el sistema comunista, donde los trabajadores tengan el control de los medios de producción y que esta sea en base a la necesidad y no para la acumulación de riqueza mediante la explotación de hombres y mujeres. Tomando muy en cuenta los errores de los viejos partidos comunistas, invitó a que revisemos nuestro folleto Movilizar a las Masas para el Comunismo donde se encuentra importante información de la línea del PCOI.
Obreros, obreras y trabajadores de otras áreas participaron dejando ver su disposición a luchar por implantar el sistema comunista para el bienestar de la clase trabajadora mundial. Una obrera fue muy sincera y dijo, “Me habían metido mucho miedo y me decían que si me organizaba en el partido me iban a echar del trabajo, pero he tomado la decisión de venir”.
En el segundo punto de la agenda un joven organizador obrero, fue muy amplio en describir la diferencia entre el socialismo y el comunismo, explicando que el socialismo mantiene el dinero y salarios y el comunismo los eliminará. El mostró de cómo las luchas por reformas no conducen más que a seguir esclavizados al capitalismo, que la única forma de cambiar era a través de la vía directa hacia el comunismo. La discusión se amplió y un maestro invitado a la reunion dio su aporte de como el fmln no es ni siquiera socialista mencionó, pero como la derecha histórica de este país, siguen intentando asustar a la clase trabajadora, terminó diciendo que es necesario ampliar las escuelas de cuadros comunistas del PCOI.
Se inició la lectura del editorial de Bandera Roja y en esta edición se leyó de como el PCOI está creciendo en Sudáfrica y la lucha que libran contra el nacionalismo, mostrando que la lucha comunista crece por todo el mundo. Cada uno de los obreros y obreras participaron en la discusión de la visión del PCOI reflejada en el periódico Bandera Roja, “hay que felicitar a los camaradas en Sudáfrica y estar al nivel de la lucha comunista como ellos”.
Se concluyó con un ambiente de camaradería impresionante, los obreros llevaron pollo frito, arroz, soda y pan, y ajustó para todos, algunos camaradas sostienen que las mejores reuniones son las que se dan después de las reuniones, en medio del almuerzo obreros y obreras dieron a conocer como están de dispuestos a seguir organizados en el PCOI y de reclutar a muchos obreros más. Varios se despidieron esperando verse el próximo mes en la siguiente escuela política del Partido Comunista Obrero Internacional. Después todos fueron a disfrutar de aguas frescas de nacimientos naturales de agua que permitió la relajación y el disfrute de este tipo de centros turísticos naturales, que en el comunismo será lo normal y no lo excepcional.
SEATTLE, WA - Más de mil se manifestaron cuando estudiantes de dos preparatorias se lanzaron a las calles. Una docena de obreros en una planta de Boeing circuló una carta de solidaridad comunista. En septiembre, en Guerrero, México, policías asesinos desaparecieron a 43 estudiantes. La carta vincula este terror racista capitalista a Ferguson e insta a todos a unírsenos a la lucha por la revolución comunista.
El sindicato mantuvo un silencio sepulcral. Las plantas, por el otro lado, estaban llenas de debates los tres días antes de las vacaciones del Día de Acción de Gracias. Los obreros más jóvenes escuchaban las historias de los obreros de más edad. “¿Son estas rebeliones lo mismo de siempre o podemos finalmente acabar con este terror racista movilizando para el comunismo?” fue la pregunta.
No es que a los obreros industriales maduros les falte ira, lo que pasa es que son prácticos. Están dolorosamente conscientes de la capacidad de resistencia que tiene el enemigo capitalista.
“Movilizando [para el comunismo] es el meollo de la cuestión”, dijo un veterano de muchas batallas antirracistas, señalando una frase en la carta de solidaridad. “Siempre hemos luchado contra esto y aquello, pero ¿cómo logramos que la nueva generación se movilice?”
No hizo esa pregunta como excusa para luchar menos. Tiene toda la intención de seguir luchando. Quería conocer el plan del PCOI. Cuando tenía 14 años la policía de Detroit lo arrestó durante un mitin de los Panteras Negras. Estos mismos policías racistas le metieron 32 balazos a su tío por abogar que los obreros negros deben defenderse con todos los medios necesarios.
Aprendemos de nuestra historia, pero no tenemos porque repetirla
Varios obreros afroamericanos contaron historias similares, algunos de familiares y amigos, o de los movimientos en que estaban involucrados. Ninguno se oponía a rebeliones violentas. No se regocijaban que inevitablemente más sangre sería derramada.
Un amigo estaba particularmente indignado con Obama. “Que descaro hablar de ser pacifico. ¿Cuántos drones, aviones no tripulados, tiene él?”, dijo furioso. Estaba, sin embargo, inspirado por los jóvenes de Ferguson quienes dijeron que no querían la visita de Al Sharpton u otros tradicionales “líderes” negros.
Esto comenzó una larga discusión sobre la historia de los movimientos antirracistas en EEUU.
“Entiendo que la gente sólo puede moverse de acuerdo al conocimiento que tienen o lo que se les presenta”, comenzó. “Por lo tanto no culpo a los que siguieron a los líderes tradicionales de los derechos civiles.
“Al mismo tiempo, estoy de acuerdo con aquellos que han dicho que el resultado final de esos movimientos fue buscarles puestos en el sistema patronal a algunos de esos líderes, mientras que el resto de los negros y otros trabajadores continúan sufriendo.
“Admiro el valor de los manifestantes y de aquellos en la rebelión, pero me preocupa que sigan la misma fórmula vieja.”
Lecciones ganadas a un alto precio
Generaciones de lucha violenta contra el racismo y asesinatos policíacos nos han enseñado algunas lecciones duramente ganadas. La primera es que el capitalismo tiene que ser arrancado de raíz. No hay soluciones a medias para el terror estatal racista.
La segunda lección es que esta es una lucha contra el capital internacional. Los policías mataron a 34 mineros sudafricanos en Marikana para defender las ganancias patronales; probablemente a 43 en México, a incontables más, en ciudades como Ferguson, en todo EEUU. La lista abarca todo el mundo.
La tercera es que la violencia es parte integra del capitalismo. Seremos llamados a responder de igual manera porque los patrones nunca abandonarán el poder pacíficamente.
Pero, la principal lección es que el comunismo abre la puerta a una solución real. Eliminará la esclavitud asalariada, la base material para la existencia del racismo. La producción para satisfacer nuestras necesidades colectivas reemplazará la necesidad patronal de obtener más ganancias. El cáncer de las ganancias garantiza que no importa que tan valientes los rebeldes sean o que tan grande sea la rebelión, la enfermedad racista recurrirá en formas más virulentas.
“¿Que debemos decir de esta nueva generación de rebeldes antirracistas?” preguntó otro camarada veterano. “No sólo que esto es lo mismo de siempre, pero que finalmente podemos triunfar si movilizamos a las masas para el comunismo.”
Imagínense lo que pasaría si decenas de miles obreros de Boeing - como los obreros negros, latinos, asiáticos y blancos que tuvieron estas discusiones la semana pasada – se volcaran a las calles con esta estrategia en mente. He allí una solución práctica.
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