Bandera Roja PeriodicoPartido Comunista Obrero Internacional |
|
El 2 de septiembre—Como 150 millones de trabajadores en la India organizaron una huelga general por un día. Desde bases de autobuses, del transporte aéreo, de gas y petróleo los trabajadores paralizaron a un país de más de mil millones de habitantes. En grandes ciudades industriales los trabajadores se enfrentaron a la policía. El gobierno fascista se sintió inútil.
Los huelguistas y millones más están enfadados por las políticas drásticas de la clase capitalista en la India. Los huelguistas buscan una solución real—y esa solución es el comunismo.
En 1946 miles de soldados se unieron a los trabajadores para sacar al imperialismo británico y sus 500 años de atrocidades. Ellos inspiraron a las masas desde Irak a Indonesia. Pero en ningún lugar las luchas de liberación nacional efectivamente terminaron con el capitalismo o el sufrimiento de las masas.
Tenemos que aprender de esta importante parte de nuestra historia a tener confianza completa en las masas. Al ser movilizadas para el comunismo, con armas en mano, ellas construirán la sociedad que necesitamos.
Cuando el chofer de autobuses de Los Ángeles Metro atravesaba el estacionamiento rumbo hacia el edificio de MTA, saludó con un ademán de mano al distribuidor de Bandera Roja.
“¡Buenas tardes!” le gritó nuestro camarada en respuesta.
Minutos más tarde, el chofer sale del edificio y camina hacia nuestro compañero con una gran sonrisa en su rostro y un billete de dólar en sus manos.
A medida que se acerca, el distribuidor de Bandera Roja, prepara el periódico que le iba a dar, lo extiende hacia él, y le da las gracias por la contribución.
“Es para la lucha. Es todo por la lucha “, responde el chofer, dándole a nuestro camarada un fuerte abrazo.
Conmovido por este gesto, nuestro compañero logra balbucear, “Gracias. Es gente como tu que nos anima a seguir en la lucha”.
“Si entiendo. Todos estamos en la lucha “
“Mataron a otro joven negro el miércoles en San Luis”, dice nuestro camarada.
Dos semanas antes, éste y otra camarada se reunieron con un chofer de MTA de otra base. Hablaron de la necesidad de organizar algún tipo de respuesta airada y revolucionaria de parte de los trabajadores de MTA a los asesinatos policiales racistas de obreros.
A ese trabajador le gustó la idea de usar un brazalete de Bandera Roja, y sugirió que dijera, “¡Alto a los asesinatos policiales racistas! ¡Acabemos con el capitalismo!” También sugirió hacer afiches con mensajes revolucionarios más comunistas para lanzar una campaña masiva. El camarada sabía que no habíamos hecho mucho acerca de esto. Pudimos al menos haber escrito y distribuido un volante.
“Apenas tenia18 años de edad”, añadió el camarada.
“A ellos simplemente no les importa. Siguen asesinando gente. Simplemente no les importa. Lo han estado haciendo durante tanto tiempo que ya está en sus genes. ¡Deben ser destruidos... barridos por completo! “, respondió el chofer.
Temiendo que la palabra “genes” se refería a que todos los “blancos son racistas”, nuestro compañero intervino: “Hemos estado luchando contra el racismo por más de 500 años y está lejos de ser eliminado porque lo que necesitamos es hacer una revolución...”
“¡Sí!” interrumpió él chofer, “¡Está en los genes del capitalismo! El capitalismo tiene que ser destruido... barrido por completo”.
Como otro chofer se acercaba, él añadió: “Habla con este hermano. Habla con este hermano”.
Por desgracia, ese hermano no estaba interesado en hablar. Nunca toma Bandera Roja. Los dos se abrazaron y comenzaron a hablar de otra cosa y empezaron a alejarse.
“Aquí”, dijo nuestro camarada al primer chofer, “toma otro periódico para un amigo. Ayúdanos a difundir el mensaje”.
“Claro. Puedo hacer eso. Gracias”.
Minutos más tarde, cuando salía en su coche con la ventana baja, nuestro camarada se acercó al coche. El chofer le estrechó la mano y dijo: “¡Que tengas un buen fin de semana!”.
”“Gracias. Necesitamos que personas como tu se unan a nosotros “, dijo nuestro camarada.
“Lo sé. Luego hablaremos. Luego hablaremos.”
Desde esta conversación, hemos producido un afiche (ver foto) que está siendo distribuido a los trabajadores de MTA. Produciremos masivamente este afiche y otros para librar una campaña masiva por el comunismo y contra el capitalismo asesino.
Invitamos a los lectores de Bandera Roja a unirse a nosotros para construir al Partido Comunista Obrero Internacional y “borrar completamente al capitalismo”. Tu contribución es indispensable. Tú podrías hacer una gran diferencia en movilizar a las masas para el comunismo. Tenemos que convertirnos en los arquitectos de nuestro propio destino. ¡Comunismo en nuestro tiempo debe ser nuestro lema!
*******
La huelga de los mineros de Potosí en Bolivia apunta en una sola dirección, que es la revolución comunista. Las ideas comunistas deben empezar a dar forma a la sociedad que queremos.
Mientras leía el artículo sobre los mineros de Potosí en Bandera Roja, no pude dejar de mirar hacia atrás en cómo comenzó la minería en Sudáfrica. Ya en 1870, la extracción de diamantes en Kimberly estaba desarrollándose. La minería de oro se inició en 1886 en Witwatersrand, ahora llamado Gauteng, el lugar de oro. Vale la pena señalar que el descubrimiento de oro en los arrecifes de Vaal atrajo a los industriales de todo el mundo, como la lejana California, Australia, los Países Bajos y el Reino Unido, etc.
Todos ellos fueron llegando para hacer una fortuna para sí mismos. De hecho hicieron miles de millones de la minería de oro, dejando a los trabajadores que cavan el oro más y más pobre, y con enfermedades.
El beneficio obtenido de estas operaciones mineras hizo posible que los patrones pudieran financiar grandes guerras. Millones de trabajadores sudafricanos negros fueron desplazados y muchos de ellos trabajaban más de 18 horas al día bajo tierra, cavando en busca de oro y diamantes.
La carrera patronal con fines de lucro no llevó sólo a largas horas de explotación, sino que también la perforación extremadamente peligrosa, donde las minas se vendrían abajo matando a los mineros. La minería creó un pequeño número de capitalistas ricos en Londres, Nueva York y Ámsterdam, pero creó pueblos y barrios horribles desde Sudáfrica a Bolivia, donde los trabajadores vivían en extrema miseria.
Para cambiar la situación se necesita una revolución comunista. Movilizar a las masas para el comunismo, es definitivamente la clave; todas las demás medidas que no lleven a una revolución, sólo harán que nuestras miserias duren mucho más tiempo. De Marikana a Potosí, la clase obrera esta añorando por un cambio.
Unirse al PCOI es la única solución.
*******
2 de septiembre--A medida que avanzamos a la prensa, cientos de inmigrantes, sobre todo los sirios que huyen de la guerra y los eritreos que huyen de la pobreza y la violencia, están confrontando a la policía húngara en la estación de tren de Budapest. Ellos están furiosos por haber sido detenidos allí por la policía que hacen cumplir la política de la Unión Europea en materia de fronteras e inmigración.
Al mismo tiempo los trabajadores de todo el mundo están horrorizados por la muerte de 71 de nuestras hermanas y hermanos de clase en un camión en Austria y 150 más en barcos en el Mediterráneo esta semana. Esta ira y disgusto por los horrores del capitalismo es una oportunidad para ganar a los trabajadores a nivel internacional a luchar por un mundo sin patrones, sin dinero y sin fronteras.
Estos migrantes furiosos también pueden ser una fuerza importante en la organización por el comunismo, tanto en los países a los que están huyendo y de los lugares que han huido. Más en la próxima edición.