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EL SALVADOR, 3 de marzo— Las recientes elecciones del 1 de marzo para alcaldes, diputados y diputados al Parlamento Centroamericano, le dieron al FMLN una gran ventaja sobre el partido ARENA y otros. Ahora el FMLN controla la presidencia, la Asamblea y la mayoría de las alcaldías. Pero el capitalismo sigue y seguirá haciendo estragos a la clase trabajadora.
“El FMLN se consolida como la fuerza política más grande del país…ahora tenemos el 67% de una fuerza poblacional”, dijo Medardo González, Secretario General del FMLN.
Votar para que un defensor del capitalismo decida nuestro destino, es ponernos la soga al cuello. Si queremos luchar por lo que anhelamos, tenemos que luchar por una revolución comunista donde todos participemos colectivamente día tras día en las decisiones que afectan nuestras vidas.
Más de 2 millones y medio de trabajadores y trabajadoras salieron a votar por los politiqueros capitalistas. La mayoría de sindicatos y organizaciones movilizaron a sus bases para dar apoyo al FMLN. Muchos trabajadores con la ilusión de cambios en sus vidas y hartos del capitalismo.
Pero la historia nos ha mostrado lo contrario. Al analizar elecciones pasadas muchas personas se han dado cuenta que los procesos electorales solo son un engaño para la clase obrera porque significa que perpetúan el estatus y privilegios de las clases explotadoras. Lo más importante es que no transforma o revoluciona la vida de aquellos obreros y obreras que han sido convencidos por el FMLN que la manera de conseguir una vida mejor es a través de las elecciones y no por una revolución comunista.
El Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) y nuestro periódico Bandera Roja orientan y organizan a los trabajadores para terminar con este circo electorero. Nuestro Partido muestra la alternativa de un mundo comunista, sin explotación, ni dinero, ni patrones. Podemos ganar a los trabajadores a esta visión, tanto los que votan como los que no votan.
La dialéctica y nuestra literature comunista nos muestran que las elecciones son parte de la estructura del sistema capitalista diseñada para elegir a nuestros verdugos y a la vez mantenernos entretenidos y divididos mientras la explotación asalariada continua. Nuestra meta es movilizar a millones de personas en el mundo para romper con la filosofía y políticas burguesas de esclavitud asalariada, fuente de los problemas que a diario vivimos los obreros y obreras en el mundo, como el hambre, falta de medicamentos, vivienda, ropa, calzado etc.
En El Comunismo no habrá elecciones, las personas tomaran liderazgos naturales en función de la colectividad, para la conducción hacia proyectos que permitan revolucionar nuestra sociedad y vivir dignamente. Animaremos a millones de personas a dar ese paso de dirigentes, es decir, luchando por el comunismo. La organización de los obreros y obreras será desde sus respectivas células en los lugares de producción donde laboren y aprendan.
Pues es el trabajo el pilar de la sociedad humana y el desarrollo, visto desde un enfoque dialecto materialista; la toma de decisiones se hará de manera colectiva estableciendo métodos de discusión y toma de decisiones en grupos y “mesas redondas”. Tomaremos en cuenta los principios y bases de la filosofía comunista y la economía política, es decir, desde las más pequeña fábrica hasta las decisiones que serán tomadas a nivel de comunas, regiones y a nivel mundial.
Organizar a obreros y obreras por el comunismo se inicia con discusiones con nuestros compañeros de trabajo, familiares, amigos, miembros de la célula comunista del PCOI a la que pertenecemos, sobre la realidad a la que nos enfrentamos a diario producto de la economía de mercado.
No es una tarea fácil, pero la experiencia del pasado y los errores corregidos del antiguo movimiento comunista nos brindan ideas y acciones para la toma de decisiones en grupos grandes y la dirección de las masas de obreros y obreras.
La lucha continúa, el FMLN y ARENA dirigen la lucha por mantener el capitalismo vivo. Nosotros en PCOI luchamos por destruir el capitalismo y crear una sociedad comunista. Debemos organizar entre todos los trabajadores, incluyendo en las bases de los partidos electoreros, sus sindicatos y organizaciones de masas, para trabajar políticamente junto a los obreros y obreras. Que vean que la única opción de cambiar sus vidas es uniéndose y luchando junto al PCOI por una revolución comunista y no más farsas capitalistas.
Distribuyendo Bandera Roja para organizar y movilizar a las masas por el Comunismo es como vamos ganando batallas contra el capitalismo y sus mentiras electorales.
LOS ÁNGELES, 3 de marzo—Cientos protestaron hoy contra el asesinato racista de un hombre negro desamparado, conocido en la calle como “África”. La policía lo mató a balazos el domingo 1 de marzo, en el centro de la ciudad. Estaba desarmado, pero cinco policías, entre ellos uno negro, lo rodearon, le aplicaron descargas eléctricas y luego le dispararon cinco veces, matándolo instantáneamente. Todo esto fue grabado en video.
Él tenía un historial de enfermedad mental, igual que más del 60% de los desamparados en Los Ángeles, que tiene más desamparados que cualquier otra ciudad de EEUU. La mayoría son negros.
Los airados manifestantes portaban pancartas diciendo “1,000 viviendas más, 1,000 policías menos” y “¡Cámaras en el Cuerpo No Pararan Asesinatos Policíacos!”
Muchos tomaron gustosamente copias de Bandera Roja. Un distribuidor de Bandera Roja pidió a un manifestante, “¿Qué te parece hogares y trabajo útil para todos y cero policías?” Al manifestante le gustó mucho la idea. Ese es el mundo por el cual el PCOI está luchando, un mundo comunista sin esclavitud asalariada, policías o terror racista. Cualquier contribución que alguien aporte a la colectiva será apreciada, y las necesidades de todos serán satisfechas lo mejor que pueda la colectiva.
Esto llevó a buenas discusiones sobre la necesidad de luchar directamente por el comunismo y no tratar de reformar el capitalismo. Las luchas por reformas no conducirán al comunismo; tenemos que movilizar para ello directamente. En el comunismo, los que están desamparados ahora ayudarán a construir casas, junto con obreros de la construcción con experiencia, para ellos y para todos los que las necesiten. Nadie pasará hambre o se preocupara donde pasar la noche. Cada uno aportará lo que pueda y recibirá lo que necesita.
El asesinato de África es parte de una ola de asesinatos policiales racistas en todo EE.UU. para aterrorizar a los trabajadores y jóvenes airados. En cada caso, Omar Abrego, Trayvon Martin, Michael Brown, Tamir Rice y ahora África, después de cada asesinato racista, los medios patronales atacan a la víctima, culpándola por su muerte. A África, primero lo echaron a la calle por ser pobre y enfermo mental y después lo mataron. Ahora los medios patronales tratan de justificar su asesinato racista diciendo que África supuestamente asaltó un banco hace quince años, por lo cual fue a la preso. Cierto o no, nada de esto justifica su asesinato racista.
El estrés y la alienación causados por el capitalismo contribuyen a que más personas tengan enfermedades mentales. A partir de 1980, bajo la presidencia de Ronald Reagan, el gobierno de EEUU cerró los hospitales mentales para ahorrarse dinero, tiró a muchos enfermos mentales a la calle, recortó programas y servicios sociales para todos los trabajadores en EEUU, empeorando su aislamiento y su enfermedad aun más.
El capitalismo en general y el imperialismo de EE.UU. en particular, ha hecho que el desempleo y los desamparados sean fenómenos masivos. El capitalismo es incapaz de proporcionar trabajos útiles para todos, incluso en tiempos “normales”. En crisis como ahora, millones en todo el mundo están desempleados. En los EE.UU. más de 3,5 millones de desamparados. Muchos son veteranos que lucharon por “su país” y que han sido arrojados a la calle como bagazo.
Los desamparados son nuestros hermanos y hermanas de clase. Incapaces de vender su fuerza de trabajo, son destruidos por el capitalismo. Los patrones los ven como basura cuyas vidas no valen nada. Los Ángeles esta aburguesando en el centro de la ciudad construyendo grandes restaurantes lujosos y apartamentos súper caros. Como parte de esto, la policía hace el trabajo sucio de los patrones acosando, atacando y ahora matando a los desamparados en el centro de la ciudad. Este ataque policial incluye obligar a los desamparados a desarmar sus tiendas de campaña cada mañana. Los policías tratan de expulsar a éstos del área, pero ellos no tienen dónde ir.
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