Bandera Roja PeriodicoPartido Comunista Obrero Internacional | |
La huelga combativa de 80,000 obreros agrícolas en el pico de la temporada de cosecha de tomates en el Valle de San Quintín revela estas racistas condes de la esclavitud salarial: viviendas infestadas de ratas, baños sin funcionar y guardias armados.
Estos obreros, que producen toneladas de frutas y verduras para el mercado de EE.UU., producen millones de dólares en ganancias para los patrones mexicanos y estadounidenses.
Los huelguistas están bloqueando las autopistas hacia EE.UU. y exigen un aumento salarial “justo”, jornadas laborales más cortas, pago de horas extras, participación en el seguro social (sistema de salud), y fin a las agresiones sexuales contra las obreras agrícolas.
Bajo el capitalismo no hay salario “justo”, condiciones laborables “buenas”, atención medica “adecuada”, mucho menos “dignidad o respeto” para obreros y obreras. La esclavitud asalariada capitalista nos deshumaniza. ¡Nuestra tarea histórica es no demandar reformas inútiles, sino acabar con la esclavitud asalariada!
La mayoría de los obreros agrícolas son indígenas de los estados de Oaxaca, Guerrero y Sinaloa. Súper explotados y discriminados racialmente tienen un gran potencial de proporcionar liderazgo crucial para movilizar a las masas para el comunismo. ¡Sólo la revolución comunista terminará esta esclavitud asalariada racista!
En una sociedad comunista, integraremos la ciudad y el campo; .Produciremos alimentos y productos industriales, trabajaremos en el campo de salud, constricción, etc. Plantaremos y cosecharemos los cultivos más sanos en un ambiente sano. Utilizaremos maquinaria siempre que sea posible para facilitar el trabajo, no para “despedir gente” sino para darnos mas tiempo para estudiar, viajar, y participar en un sin fin actividades sociales.
Necesitamos la solidaridad comunista con estos obreros agrícolas en huelga los cuales están desenmascarando al capitalismo racista como la raíz de todos nuestros problemas. Juntos tenemos que movilizar por un mundo donde produzcamos sólo para satisfacer las necesidades de la clase obrera internacional, no para las ganancias de los patrones racistas.
¡Un vistazo a la calle me confirmó que no vivía en el comunismo! En la cuadra siguiente vi a decenas de policías SWAT con armas en las manos, y Humvees de estilo militar. Oí a alguien demandar por megáfono “¡Sal de la casa con las manos en alto!” Una policía apuntando con su arma ordenaba a la gente meterse a sus casas. Agarré mi perro y le dije a mi amigo que entrara en la casa. Los helicópteros comenzaron a circular. ¡Los policías invadían nuestro barrio!
En el comunismo no tendremos ningún tipo de fuerza policial que nos aterrorice por el menor pretexto. Ese nivel de fuerza sólo se usará contra los enemigos de la revolución, por ejemplo, racistas a rajatablas armados. Ciertamente no contra adolescentes traviesos que fue lo que motivó la invasión.
Todo comenzó cuando dos adolescentes negros jugaban con pistolas de aire comprimido. Pasaron frente a la casa de nuestros amigos, una obrera de Boeing y su hijo de 41 años, quien también trabaja en Boeing. El los vio y pensó que su juego era peligroso y tonto, pero no llamó a la policía porque “no quería la sangre de 2 jóvenes negros en su conciencia.” Un vecino samoano reaccionó de la misma manera.
Bajo el comunismo dos jóvenes mostrando mal juicio no sería gran problema. Amigos y vecinos lo resolverían camaderilmente - “no te entrometas en los asuntos de otros “no es un principio comunista.
Nuestro amigo se sorprendió cuando el equipo SWAT llegó a su puerta exigiéndole salir de su casa caminando hacia atrás con las manos en alto.
Primero lo encañonaron con tres rifles. Cuando salió, tenía 8 pistolas apuntándole en la cabeza. ¡Nada menos que fuerza letal aquí!
El les explicó que recientemente le habían operado un hombro y por eso no podía poner sus brazos detrás de la espalda para ser esposado. Le dijeron que se callara y le doblaron el brazo a la fuerza, dañando dolorosamente el área operada.
Mientras tanto varios vecinos les dijeron a los policías que habían visto a los adolescentes con las pistolas de aire comprimido y que ¡detenían la persona equivocada! Pero fueron ignorados.
Cuando los policías se dieron cuenta que no tenían pruebas para arrestarlo, le quitaron las esposas y se fueron sin siquiera disculparse. Por suerte, habían estado rodeados por un gentío multirracial de obreros del barrio. ¡De lo contrario, lo pudieron haber matado!
Nuestro amigo nos dijo más tarde acerca de varios incidentes de acoso racial por policías que lo seguían regularmente y lo detenían cerca de la preparatoria donde solía trabajar. “Es lo mismo en todas partes”, exclamó con enojo. “¡Nueva York, Los Ángeles, Ferguson, y en este vecindario!”
El sábado tuvimos una cena en casa con amigos y compañeros de trabajo para discutir el aumento del racismo y la respuesta comunista. ¡Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que era la casa de nuestra amiga la que la policía había invadido y su hijo el que había sido hostigado! No coincidentemente, son la única familia negra de la cuadra.
Hablamos largo tiempo acerca de cómo en el comunismo esto nunca sucedería. Bajo el capitalismo no tenemos protección - ciertamente no de sus leyes, las cuales ignoran.
Toda la gente en la cena contribuyó a la conversación, incluyendo nuestra amiga, quien también expresó su preocupación por el aumento de la población desamparada.
Cientos de obreros de Boeing han estado discutiendo esto también. Obreros con los cuales no ha hablado por algún tiempo le han texteado y llamado. Algunos se han ofrecido para ayudar a distribuir en la fábrica y a vecinos esta edición de Bandera Roja con este artículo sobre esta invasión racista. Una huelga política en Boeing daría la pauta a seguir.
Cuando la gente salía para irse a su casa, ella dijo: “Lo que se ha dicho aquí esta noche me ha hecho empezar a pensar de una manera diferente.” ¡Sí! ¡Es por eso que ella necesita ingresar al PCOI y convertirse en una comunista!
*******